Cuando llega la Navidad todo es luz y color. La cenita con los familiares, las luces, el Belén, el árbol y los regalos. Vamos a comprar los regalos y la cena sin medida, porque “solo es una vez”. Algunos gastan incluso más de lo que tienen recurriendo a tarjetas de crédito o ahorros que no tenían pensado gastar. Pasados los Reyes, llega el momento de enfrentarse a la cuesta de enero. ¿Es posible?
4No veas la cuesta de enero como un reto
Existe la idea de que la cuesta de enero es un castigo por haberse portado mal en Navidad. Cambiando la perspectiva, el usuario puede encontrar una excelente oportunidad para evaluar el estado de sus cuentas y sanearlas. Sentarse y planear qué se hará con el dinero que se gana ayuda a aplacar la ansiedad en aquellas personas que sienten que no tienen control sobre sus gastos. Tanja Ester, autora de “Wallet Activism: How to Use Every Dollar You Spend, Earn y Save As a Force for Change”, asegura que abordar de manera incorrecta la economía “podría crear un problema de mentalidad de escasez” y “podría derivar en más gastos de rebote”.