Casi 100.000 personas, desde este lunes 2 de enero, han desfilado ante los restos mortales de Benedicto XVI, en la basílica de San Pedro, para dar su último adiós al papa emérito. Entre ellos, el cardenal Raymundo Damasceno Assis, arzobispo emérito de Aparecida (Brasil), que ha comentado que Joseph Ratzinger será doctor de la Iglesia.
«Creo que lo canonizarán pronto. De él lo primero que destacaba era su humanidad», ha asegurado el purpurado, que fue copresidente de la Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Aparecida.
Asimismo, ha destacado «su capacidad de acogida y de escucha». «Oía a unos y a otros y después, en oración, tomaba sus decisiones. Era una persona humilde y de gran humanidad, en contra del estereotipo que circuló sobre él«, ha añadido.
Se espera que cerca de 125.00 personas pasen estos días a despedirse del papa emérito, aunque la afluencia de fieles este martes, en una larguísima cola, ha sido algo menos numerosa que la riada de personas que ayer acudieron a San Pedro a despedirse del papa alemán. En la cola, personas de muy diversa procedencia, pero mayoritariamente italianos, además de muchos turistas de paso estos días en la Ciudad Eterna. Los fieles han formado una larga fila ininterrumpida, desde las 09.00 horas de la mañana hasta las 19.00 horas.
En un clima de silencio y respeto, pasaban casi sin detenerse delante de los restos del pontífice emérito, situados delante del baldaquino, para agilizar la afluencia de gente. Por delante, han pasado numerosas personalidades de la política italiana, comenzando por la primera ministra Giorgia Meloni e internacional o el primer ministro húngaro Viktor Orban; de la vida social y eclesiástica.
Entre ellos, por ejemplo, monseñor Georg Gänswein, quien ha sido durante veinte años secretario personal de Joseph Ratzinger, también cuando fue elegido papa y tras su renuncia en 2013. Gänswein ha llegado esta tarde a San Pedro en torno a las 16,30 horas y se ha mantenido, con el rostro tranquilo y sereno, hasta más allá de las 18 horas.
Algunos de los que han acudido a despedirse eran familias, como la de como Ivan y Valeria, de Milán, con sus dos hijos, que han acudido porque quieren despedirse del papa Benedicto. «Ha sido un papa muy sereno, un teólogo muy apreciado. Y también hemos hecho ante él una oración por la paz, en este momento tan difícil», han explicado.
Por su parte, Álvaro y Luis, dos jóvenes sacerdotes de Astorga (León), llegados este martes desde Madrid, comentaban: «Hemos venido porque ha sido el papa de nuestra juventud».
Otros fieles han venido desde más lejos, como Patricia, una chilena de mediana edad, que tomó un vuelo ayer desde su Chile natal hasta Roma para despedir a «un gran Papa a quien le estoy muy agradecida».
La Santa Sede, por otra parte, ha hecho público a través de su web, el libreto de la ceremonia del funeral por el Papa emérito el próximo jueves 5. El director de la sala de prensa del Vaticano, Matteo Bruni, ha resaltado que «es muy parecido a la ceremonia de funeral de un pontífice que muere en ejercicio, aunque tiene algún pequeño elemento original. En concreto, una súplica final, de la Iglesia de Roma y de la Iglesia Oriental, que es distinta».
El Papa Benedicto será enterrado en un ataúd de ciprés en el que se introducirán tres elementos: monedas conmemorativas a su pontificado; un texto que describe los hechos principales de su pontificado, en un cilindro metálico, y palias correspondientes a su dignidad episcopal. Al no ser el Pontífice actual, no se le enterrará con distintivos de los Papas como el anillo o la cruz pastoral. La ceremonia estará presidida por el Papa Francisco, quien presumiblemente pronunciará la homilía.
Solo habrá delegaciones oficiales de Italia y Alemania, al no tratarse del pontífice reinante y el resto irán a título personal. Para el evento, según la Oficina de Prensa de la Santa Sede, se habían registrado hasta el día de hoy más de seiscientos periodistas.