Todavía no ha quedado del todo atrás el escándalo por las consecuencias de la aplicación de la Ley del solo sí es sí que mantuvo a la ministra de Igualdad, Irene Montero en el ojo del huracán durante varias semanas, cuando nuevamente está expuesta y tiene a medio país solicitando su dimisión, una vez más, tras el asesinato de dos mujeres, presuntamente a manos de sus parejas, justo el día en el que a la funcionaria le da por hacer una reunión de emergencia para discutir sobre el incremento en el número de femicidios ocurridos en el año y en especial en diciembre.
Las redes sociales estallaron y hasta la ministra de Defensa, Margarita Robles declaró públicamente que quizá el texto legal impulsado por Montero no le esté dando la respuesta que se necesita a la violencia de género y lanzó una puya directa a su compañera de gabinete, diciendo que quizá era necesario hacer un poco de autocrítica.
Pese a los intentos de Irene Montero de mostrarse como una incansable luchadora feminista, la realidad es que las iniciativas llevadas a cabo desde el Ministerio de Igualdad no han sido efectivas para contener el problema de la violencia contra las mujeres en España, pues al final es la estructura del Estado la que no resulta del todo eficaz a la hora de prevenir este tipo de situaciones, sumado a la falta de educación, que aunque el despecho dirigido por Montero maneja un presupuesto de más de 500 millones, que a la larga no están siendo invertidos de manera adecuada.
La opinión pública mantuvo el hashtag #IreneMonteroDimision durante varios días, cuando comenzaron a generarse las primeras reducciones de penas, a raíz de la aplicación de la Ley del solo sí es sí, y la presión social, más los debates políticos en el seno del Congreso de los Diputados ocasionó que el pasado 23 de noviembre la ministra de Igualdad abandonara el recinto llorando, tras haber soportado varios días de presión política.
En esta oportunidad, la indignación de las personas ha vuelto a hacer mella, pues aunque la funcionaria no hace otra cosa que salir a condenar los homicidios de mujeres que han sido cometidos durante las últimas semanas y utiliza tanto sus redes como las del despacho que dirige para rechazar estos hechos, la realidad es que su gestión no está siendo efectiva, y continúan ocurriendo los homicidios de mujeres a manos de sus parejas.
A la larga, es más una propaganda efectista que efectiva, pues al final, las cifras continúan siendo muy similares a las de años anteriores, a pesar de los discursos de Montero queriendo satanizar la figura del hombre y obviando el hecho de que en el país también ocurren casos de homicidios de mujeres contra sus hijos y contra sus parejas, que son invisibilizados por los movimientos feministas que abandera el Ministerio de Igualdad.
Toda esta situación ha generado reacciones de diversas índoles y la movilización del Ministerio del Interior que también tiene una parte de responsabilidad y que dentro de sus competencias destina parte de su presupuesto a la violencia contra la mujer. Tras los homicidios de los últimos días, el ministro Fernando Grande – Marlaska ha ordenado que se intensifiquen las medidas de protección para las víctimas, pero solo por los casos ocurridos durante las últimas horas, porque de resto, cada vez que ocurre un caso suele ocurrir bajo el mismo patrón: víctimas que en algún momento habían solicitado la protección del Estado en materia de seguridad o que al menos habían formulado una denuncia, pero a las que jamás se les brindó la protección necesaria para evitar la tragedia.
El ministro del Interior señaló, tras una nueva reunión «de emergencia», que se intensificarán las medidas contra aquellos agresores que sean reincidentes en los casos de violencia de género, como una decisión paliativa a propósito de los hechos de las últimas semanas.
Sin embargo, más allá de los meros anuncias, las autoridades no se han tomado el tiempo para explicar de qué manera se intensificarán las medidas de protección para con las posibles víctimas y mucho menos de qué manera el Estado castigará a aquellos agresores que sean reincidentes, por lo que esto podría ser solo una declaración más que no llegue a nada y que solo busque calmar a la opinión pública que ha puesto a Irene Montero una vez más en la mira, para solicitarle su dimisión, a consecuencia de los crímenes cometidos en Toledo y Madrid durante los últimos días.