Con tanto festejo y tanta comida es muy habitual que en estas épocas aparezcan los dolores de estómago. Estamos seguros de que tanto en Nochebuena como en Nochevieja disfrutas de una cena abundante y si es así es muy probable que hayas acabado algo mal de la tripa. En esos casos, para muchos la solución fácil es recurrir al omeprazol, tanto antes como después de comer o beber en exceso. Sin embargo, diversos estudios médicos y científicos concluyen que esta droga no es apta para utilizar como protector de estómago. De hecho, tomar omeprazol con ese objetivo puede causar más daños que beneficios en tu organismo. En este artículo te explicaremos todas las mentiras que giran en torno a este medicamento y cuál es el uso adecuado que se le debe dar.
5Los orígenes del omeprazol
En 1966 la farmacéutica sueca Aktiebolaget Hässle comenzó a investigar sobre los inhibidores de la bomba de protones (IBPs). Finalmente en 1979, después de varias pruebas sin éxito, desarrollaron el omeprazol tras comprobar en animales que inhibía la secreción ácida. Este fármaco, compuesto por químicos relacionados a la lidocaína, fue comercializado por primera vez en 1989 por el laboratorio AstraZeneca, el mismo que hoy produce una de las tantas vacunas contra el coronavirus.
En un principio, esta droga fue muy bien recibida en hospitales de todo el mundo. En aquel momento las úlceras estomacales debían ser eliminadas mediante una operación. Hasta que apareció el omeprazol. Hoy en día el omeprazol junto con los antibióticos pertinentes pueden hacer desaparecer las úlceras sin la necesidad de llegar a una cirugía.