La Navidad tiene tantos amantes como detractores. Hay quien la vive con verdadero entusiasmo y quien la sufre deseando que pase cuanto antes. No son pocas las personas que se reúnen por compromiso, sin ganas de hacerlo. Bien por la obligación de reencontrarse con personas a quien no desea ver, o por lo forzoso de la situación. Por el contrario, los más pequeños disfrutan de estas fechas con mucha ilusión y alegría, algo que la mayoría de los adultos hemos perdido, casi siempre porque hacemos que todo resulte más complicado de lo que debería ser en realidad. ¿Podemos tener una Nochebuena y una Navidad tranquila y en paz? Claro que sí. Si seguimos algunos consejos podemos sortear cualquier situación comprometida y disfrutar de un rato en familia sin amarguras y sin que se nos atragante el turrón.
6VETAR TEMAS
La mayoría de las broncas familiares surgen por tratar temas conflictivos. La Nochebuena no es el momento adecuado para esas conversaciones polémicas que sabemos de antemano que pueden originar fricciones. Lo puede empezar como un debate apasionado, puede terminar con una discusión acalorada y un enfado monumental. Cada familia tiene sus temas controvertidos, y por muy entretenido que pueda ser proponer un debate, la más aconsejable es evitar ciertos asuntos. Covid, política o movimientos sociales suelen ser los más peliagudos.