El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijoo, tiene serios problemas de confianza dentro de su ejecutiva. Sabía que tenía que contar con caras que no procedieran de la Xunta, pero la estrategia a seguir es la de colocarles en un puesto visibles para luego vaciarlo de contenido. Le ha pasado ya a varios pesos pesados del Partido Popular, pero pocos se esperaban que le pasara a Esteban González Pons, vicesecretario de acción institucional del PP y vicepresidente del Partido Popular Europeo. Fuentes de Génova dejan claro que Esteban González Pons se ha convertido en el enésimo cero a la izquierda de la ejecutiva del Partido Popular. «Mar Sánchez manda más que él», dejan claro estas mismas voces. González Pons ha desaparecido del mapa y solo tiene algún que otro cameo en la televisión. Pero a nivel interno ya no tiene mando en nada.
A Feijoo no le gusta que «gente de fuera» rompa el clan. Esto le está trayendo problemas internos y quejas de todos aquellos integrantes del partido que ven cómo no tienen acceso a ese grupo de Whatsapp de seis personas en el que se dirimen todos los asuntos clave del partido. La sensación es que el presidente del PP está completamente aislado en la colina. Que no quiere mezclarse con nadie que no sea de su estrecha confianza y que quiere vaciar de contenido los rimbombantes cargos que ha repartido desde que ganó ese congreso de Sevilla. Esteban González Pons estaba llamado a coser las heridas que había dejado Pablo Casado en la formación, pero ahora simplemente es un figurante más sin un guion que seguir de todos los populares que pasean por Génova sin una hoja de ruta clara.
El vicesecretario de acción institucional del PP y vicepresidente del Partido Popular Europeo tiene muchas competencias aparentes, pero las fuentes del partido dejan claro que ahora no pinta nada en la ejecutiva de Feijoo. El presidente gallego tiene un «clan», así lo llaman las mismas fuentes del Partido Popular que ven que es prácticamente imposible entrar si no tienes en el currículum un par de años trabajados en la Xunta. Esteban González Pons empezó con ganas. Eso no lo duda nadie. Pero ahora, al margen de las negociaciones para renovar el Consejo General del Poder Judicial y de algún que otro contacto con el PSOE, no ha tenido prácticamente ningún papel protagonista.
Esteban González Pons es uno de esos políticos que no goza de toda la simpatía que querría dentro de la formación. No todos hablan bien de él, pero llama la atención que las voces de la séptima planta de Génova 13 dejen claro que tanto sus seguidores como sus críticos se vean «apenados» por cómo le ha tratado Alberto Núñez Feijoo. La obsesión del expresidente de la Xunta de encerrarse en su «clan» para no dar pie ni capacidad de decisión a nadie que no sea de su núcleo duro de confianza empieza a desesperar a los populares hasta el punto que no verían con malos ojos que metiera de alguna manera a Esteban González Pons en el sanedrín. Pero no hay demasiadas esperanzas en que lo haga. Para Feijoo, los que están en la ejecutiva de su partido que no son del clan son cuotas a pagar para aparentar normalidad.
Parecía que todo iría viento en popa cuando Esteban González Pons recibió una llamada directa de Alberto Núñez Feijoo para que se pusiera manos a la obra en la negociación para renovar el CGPJ. Fue cuando el expresidente del Supremo Carlos Lesmes dimitió. Sin embargo, la realidad era que este asunto no preocupaba demasiado al presidente del PP, algo que ya escenificó en un acto del Supremo donde no se dignó a hablar con Lesmes para sí hacerlo con un vocal íntimo suyo. Después de esto, Feijoo solo se preocupó por cómo ayudar al juez Manuel Almenar, pero poco más. El papel de González Pons era necesario, pero no relevante para Feijoo. Y ahora esto también se comenta por los pasillos del PP entre los populares que ven cómo González Pons ha pasado de ser el llamado a coser las heridas del PP a ser el «actor secundario Pons».
No es el único, pero sí uno de los que más ha sufrido ese ostracismo ejecutivo de Feijoo. El expresidente autonómico tiene serios problemas de confianza, pero su equipo tiene otros grandes problemas de gestión dado que no parecen haberse acostumbrado a cómo funciona la capital. Son muchas las críticas a Feijoo y a su equipo estrecho desde el partido no solo por los exabruptos que suelta, como el de prohibir los coches con más de diez años de antigüedad, sino porque entienden que ha convertido el Partido Popular en una formación poco unida con delegaciones, como la de Isabel Díaz Ayuso, que van por libre allá por donde pueden. Feijoo ve que las encuestas están de cara y mantiene el resultado. Y mientras ha vaciado de contenido los cargos que le rodean, por muchas palabras bonitas que tengan cuando los venden. La única buena noticia para Esteban González Pons es que su perfil político vuelve a estar en la primera línea, especialmente a nivel interno en el Partido Popular, pues no hay que olvidar que hasta hace pocos meses se hundía en el anonimato que da el Europarlamento.