A Karima Benyaich, embajadora de Marruecos en España, no le parece bien que usen las dependencias de su embajada para ver el fútbol. El hecho de que su país haya llegado a las semifinales de un mundial (aunque hayan perdido ante Francia) no fue motivo suficiente para que se abrieran las puertas a una serie de marroquíes, familiares de los propios futbolistas, empresarios y otras personalidades importantes a una sala en la que se emitía el partido tan esperado. La semifinal no salió bien parada para Marruecos. Francia se llevó el premio gordo de enfrentarse a Argentina en la final. Pero la embajadora no parece haber salido reforzada ante los suyos.
La embajada de Marruecos en España tenía una sala especial reservada para ver el partido. Era la primera vez en la historia que el país africano llegaba a unas semifinales de un Mundial y la vez que una selección africana llegaba tan lejos. No era para menos. El problema es que la embajadora Karima Benyaich tenía claro que esa sala sería solo para quien ella quisiera. Ser familiar de un futbolista que estaba jugando precisamente ese mundial o un empresario notable marroquí residiendo en España no era galón suficiente para que Karima Benyaich abriera las puertas de la embajada y te permitiera ver el partido. Esta situación y el haber dejado fuera de la embajada a decenas de personas le ha pasado factura a la embajadora, que ahora está mal vista por los suyos por un evento que esperara que no trascendiera.
La mayoría de todos estos marroquíes, familiares de los deportistas, personalidades conocidas de Marruecos y empresarios de prestigio tuvieron que buscarse a última hora una alternativa para poder ver el partido porque daban por hecho que la embajadora abriría las puertas de su embajada para que vieran el partido en la sala que había reservado precisamente para ello. El malestar y el disgusto de todas estas personas ha trascendido a la prensa y sobretodo ha llegado a oídos de Karima Benyaich, quien ha vivido una trayectoria algo accidentada como embajadora en nuestro país especialmente a causa del conflicto diplomático generado por el acogimiento de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, en España.
Fuentes de la embajada de Marruecos en España aseguran que la razón por la que no se acogieron a estas personas en la sala habilitada para ver la semifinal porque estaban catalogadas como «no leales» al rey Mohammed VI. Los problemas políticos y los informes internos de la embajada habrían sido, según estas fuentes, alguna de las razones por las que no acogieron en la sala a todas estas personas que ahora han hecho llegar su malestar incluso a los medios de comunicación. Tal fue el «agravio» que incluso uno de los empresarios marroquíes de entre los vetados alquiló una sala en un hotel madrileño para que todos los vetados acudieran a ver el partido contra Francia. No tuvieron suerte ante el país europeo, pero sí que al menos hubo solidaridad entre ellos para verlo «en familia», algo que no pueden decir de la embajadora de Marruecos en España.
Volviendo a los motivos por los que no aceptaron a este colectivo de marroquíes, fuentes del entorno de la embajadora dejan claro que ella siempre ha presumido ante los suyos de mantener una cercanía intensa con la casa real marroquí, especialmente con el monarca Mohammed VI. De hecho, estas mismas fuentes dejan claro que la propia diplomática ha comentado en más de una ocasión que mantiene conversaciones periódicas con el rey de Marruecos. El hecho de que este colectivo no guardara, aparentemente y según el criterio de la embajadora, una lealtad reconocida al rey fue una de las evidencias por las que no les habría dejado pasar. Algo que no entienden desde este grupo de personas que acabó en una sala de un hotel de Madrid.