Una hipoteca, tal y como afirma el Banco de España, es un préstamo cuyo pago está garantizado por el valor de un inmueble. Esto quiere decir que el receptor del crédito hipotecario, el deudor, deja en garantía un bien, una casa, terreno, o local, al acreedor, que sería un banco.
Contratar una hipoteca es un mecanismo adoptado por muchos españoles, pero resulta fundamental conocer todos sus detalles, además de contar con el servicio que proporcionan los notarios. En el centro de Barcelona, un lugar de referencia para ello es la notaría JLA Notarios.
Valores y comisiones en la contratación de una hipoteca
Una de las primeras cuestiones a saber es que en la compra de un inmueble, normalmente los bancos financian un máximo del 80 % de su valor. Por otro lado, algo que no muchas personas saben es que hay que pagar comisiones en distintas partes del proceso.
En este sentido, se encuentra la comisión de apertura, que se paga en la primera cuota y no supera el 1 %, aunque actualmente es frecuente que no haya que pagar esta comisión; la comisión de amortización anticipada, la cual se paga al banco si se va devolviendo el préstamo antes del tiempo acordado, debido a que dicho pago producirá una reducción en los intereses totales que se paguen al banco; la subrogación del deudor o cambio de acreedor, que sucede cuando un tercero se coloca como deudor o se cambia la entidad; el mantenimiento de cuenta, y la comisión por reclamación de posiciones deudoras, que varía entre los 25 € y los 49 € cuando el banco debe iniciar los trámites para reclamar al cliente la falta de pago de alguna cuota.
Tipos de intereses en una hipoteca
Es importante elegir el tipo de interés antes de firmar una hipoteca. Una de las opciones es un tipo de interés fijo, es decir, que durante la vida del préstamo, el precio se mantiene estable y sin variaciones.
El deudor sabe la cuota que va a pagar mes a mes desde el principio, lo que ofrece previsión económica. La desventaja es que al principio las cuotas suelen resultar más caras.
Por otro lado, existen las hipotecas a tipo variable, cuyo interés final resulta de sumar al tipo de interés acordado con el banco. De esta manera, la cuota puede variar y hay revisiones cada seis o doce meses.
Por último, también está la posibilidad de hipotecas mixtas, que son las que combinan un periodo de interés fijo y otro variable.
Por otro lado, el banco suele tener ciertos notarios de confianza que recomiendan a sus clientes, pero estos tienen derecho a elegir libremente el notario.
Es importante que los particulares, ellos mismos, elijan su notario para que así el notario proteja al que pide el préstamo y no al banco. Por ley, todos los gastos de notaría y registro de una hipoteca los tiene que pagar siempre el banco aunque el particular tiene derecho a elegir el notario. Asimismo, desde JLA Notarios recomiendan no pedir copia autorizada de la hipoteca, pues deberá abonarla el cliente y no el banco, cuando es un gasto innecesario. En este camino, en sus servicios, la firma ofrece el envío de una copia simple electrónica al correo electrónico de forma gratuita.