Una de las obsesiones de nuestro tiempo es la lucha contra el azúcar, aunque por otro lado no podemos evitar ser adictos a él. Así, estamos en continua contradicción y crisis, tira y afloja, echando mano de edulcorantes para no sentirnos tan mal. Pero es una obsesión que, a la luz de la ciencia es cada vez más justificable. Y es que parece uno de los grandes enemigos de la salud, fuente de muchos males. Eso lo sabe también el marketing, que inunda todo con productos bajos en azúcar y con múltiples opciones de edulcorantes sustitutivos. Veamos por qué no son tampoco la solución.
7OPCIONES PARA ABANDONAR LOS EDULCORANTES
El sirope de arce: este sirope, y otros como el de agave, sirve para endulzar infusiones y cafés, macedonias de frutas o diferentes postres lácteos como yogures y cuajadas. También es perfecto para aliñar las ensaladas, mezclando bien con vinagre, sal y pimienta.
Melaza de arroz: Se extrae de los granos de arroz redondo y sirve como endulzante natural con pocas calorías y un alto contenido en calcio (273 mg/100 g). De usos similares al sirope de arce.