Lubina a la sal: el truco tradicional para que quede mejor que en los restaurantes

Viéndolo con perspectiva, hay muchísimos motivos para comer un pescado como es la lubina. Primero de todo, porque se trata de un pescado blanco. Es decir, uno que resulta fácil de digerir (perfecto para las personas con estómagos sensibles) y apenas engorda. Además, es una fuente natural de minerales beneficiosos para el organismo como el fósforo o el potasio, y de vitaminas y Omega 3. Pero todo esto nos daría un poco igual si no fuese porque recetas como la lubina a la sal están realmente deliciosas.

En realidad, se trata de platos bastante conocidos, que no requieren de grandes cocineros para realizarse en casa, pero que tienen sus truquillos. Algunos que no siempre se conocen, pero permiten que el resultado sea insuperable. Incluso mejor que en los restaurantes. Sigue nuestras recomendaciones, y verás como no te arrepientes.

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¿Cuánto tiempo tiene que estar la lubina a la sal en el horno?

Por regla general el pescado blanco se cocina con bastante rapidez, por lo que resulta probable que en 20 minutos o media hora como mucho el plato esté listo para chuparse los dedos. En cualquier caso, hay otro “truco” para comprobarlo. Lo habitual cuando se mide si un pescado está hecho es utilizar un palo de madera o un palillo, pincharlo en la carne y fijarse en si sale limpio y fácil. De ser así, está cocinado.

En este caso, como está la sal, hay que tirar de la cola, si esta se desprende con facilidad, ya puede retirarse. En cualquier caso, ya decimos, en una media hora lo más probable es que esté.