¿A quién le gusta un buen plato de huevos fritos con patatas? Es que no hay nada más clásico y más sencillo que dos huevos fritos bien crujientes y con una yema que cuando la rompes se expande por el plato creando un río naranja, con unas buenas patatas fritas cortadas a mano y con un dorado con más brillo que oro. La vieja confiable al que siempre acudimos tras un día eviterno de laburo y que necesitas llenarte la tripa sin estar horas cocinando. Por ello, te vamos a enseñar a dar un toque diferente a este plato castellano con una especia que todos tenemos en casa.
3SEGUNDO PASO: DEJAR REPOSAR LAS PATATAS EN AGUA Y CALENTAR LA SARTÉN
Una vez que tenemos las patatas cortadas en bastoncillos, vamos a pasarlas a un bol con agua. Este paso es fundamental, ya que lo que conseguiremos es eliminar el almidón para hacer que las patatas sean mucho más crujientes y que tengan el sabor tan característico de este manjar digno de los dioses. Con tal de dejarlas reposar durante 30 minutos en el agua será más que suficiente. Mientras, aprovechamos para coger una sartén de buen tamaño con una generosa cantidad de aceite y la pasamos a la sartén a temperatura media.