La cifra de venezolanos que han llegado a España, huyendo de la dictadura venezolana, sigue creciendo, pero el colapso del sistema para solicitar protección internacional (asilo) ha hecho que muchos de ellos intentaran emprender el camino hacia Estados Unidos y ahora se encuentran atrapados en Colombia, después de que las autoridades norteamericanas anunciaran un cambio en sus políticas migratorias para los venezolanos.
Esto fue lo que le ocurrió a Jhon González, un venezolano de 27 años, que había emigrado a España hace ocho meses y desde que llegó, había intentado acceder al sistema de citas para pedir asilo, pero jamás logró conseguirla. Al no poder regularizar su situación en el país, y ver la gran cantidad de venezolanos que estaban logrando llegar hasta Estados Unidos, después de atravesar Centroamérica, decidió irse hasta Colombia y emprender el viaje para conquistar su «sueño americano». Con lo que no contaba González es que a su llegada a Colombia, cambiaran las reglas del juego.
«Desde que llegué a España estaba trabajando como repartidor, con una cuenta alquilada, porque nunca pude pedir el asilo ni tener permiso de trabajo. Yo pensaba irme por el Darién, pero el mismo día que aterricé en Bogotá me enteré que ya no van a dejar entrar a los venezolanos a Estados Unidos y ahora no sé qué voy a hacer, porque no quiero volver para Venezuela», contó el migrante a Moncloa.com
González estuvo trabajando durante seis meses, sin parar, para poder ahorrar el dinero del billete de ida hacia Colombia y un poco de dinero para hacer la travesía por Centroamérica hacia Estados Unidos, más lo que le habían dicho que tenía que pagar a las mafias que trafican con migrantes en la frontera de México.
Durante todo este año cientos de miles de venezolanos han optado por huir de su país y de otros países suramericanos a los cuales emigraron inicialmente, utilizando una ruta centroamericana que tradicionalmente era utilizada por cubanos, haitianos y algunos africanos que también hacían el recorrido para llegar a Norteamérica.
El Gobierno de Joe Biden, a través del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), anunció el pasado 13 de octubre un plan migratorio para los venezolanos, similar a lo ofrecido a los ucranianos, y dieron la orden de deportar a México a quienes intentaran entrar al país después del día que se anunció esta nueva política migratoria.
La Organización para las Naciones Unidas (ONU) publicó la semana pasada un informe en el cual señalan que serían por lo menos 7.1 millones de migrantes venezolanos que han tenido que huir de su país, a consecuencia de crisis política y económica que atraviesa el país caribeño, superando en cantidad a los desplazados por la guerra de Ucrania o a los desplazados por el conflicto en Siria.
Una historia similar a la de González ha contado a Moncloa.com Eduardo Cabrera. Él llegó a Madrid en mayo de este año y desde entonces intentó obtener una cita para solicitar protección internacional, sin éxito. Trabajó como repartidor, a pesar de no tener permiso de trabajo y al ver que resultaba imposible acceder al sistema de citas, evaluó la opción de emigrar hacia Estados Unidos, donde tiene amigos y familiares que le habían contado que era más fácil progresar en el territorio norteamericano.
«Es que no hubo manera de conseguir una cita de asilo y sin tener un trabajo estable, ni papeles no me podía quedar a vivir en España, pero ahora estoy en Colombia porque pensaba llegar hasta México, pero ahora si no puedo entrar a Estados Unidos, ni volver a Madrid, ¿qué voy a hacer?», dijo el joven venezolano a este medio.
Organizaciones como Acnur y la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) llevan meses alertando sobre la situación irregular que ocurre con el sistema de asignación de citas para solicitar protección internacional y han advertido que desde el Ministerio del Interior no han sido diligentes en dar una respuesta al conflicto, a pesar de estar al tanto de lo que ocurre.
De hecho, en el CEAR advirtieron que solo 17% de los casos de solicitud de asilo que son procesados en España son respondido de manera favorable, lo que ubica al país muy por debajo del promedio que tiene la Unión Europea.
Afortunadamente, estos dos jóvenes venezolanos que intentaron primero pedir asilo en España, no habían iniciado el trayecto que tenían pensado, de atravesar la selva del Darién para llegar a Norteamérica. Se habían decidido a correr el riesgo, pese a los peligros que implicaban hacer el recorrido por toda Centroamérica, pero no contaban con la decisión de la administración de Joe Biden.
Al final, las autoridades españolas no han mostrado ningún interés por resolver la situación que afecta no solo a los migrantes venezolanos, sino a quienes llegan al país, huyendo de otros territorios que también enfrentan complejas situaciones políticas y sociales y solo se han enfocado en la atención de los desplazados ucranianos.