Es ver un plato de albóndigas y empezar a salivar como si fuera un labrador. Un plato de los de toda la vida, con años de tradición y con un sabor inigualable sin necesidad de añadir ingredientes exóticos o especias de otros países. Sin embargo, es una elaboración que puede acabar siendo repetitiva y acabemos aborreciendo este plato. Para que no te pase eso, te vamos a enseñar una receta de albóndigas en la que vamos a sustituir la carne picada, por una buena morcilla de Burgos.
6QUINTO PASO: TRITURAR LA SALSA DE PIMIENTOS
El mejor indicador para saber cuándo está lista la cebolla, es cuando empieza a coger un color transparente. En ese momento, retiramos los ajos y la cebolla y pasamos todo el contenido a un mortero. Es fundamental tener este instrumento para esta elaboración, ya que no podemos sustituirlo por otro utensilio. A continuación, quitamos la piel de los pimientos y los cortamos en trozos de unos dos o tres centímetros.