Algunas de las frases más comunes que se escuchan con relación al tiempo son «el tiempo me pasa volando”, “no llego a todo” o “me faltan horas».
El tiempo, aunque intangible, es para algunos un bien muy preciado y, paradójicamente, en ocasiones poco valorado; aunque, a veces, las personas no se dan cuenta de ello.
Por ello, y para tomar conciencia sobre la gestión del tiempo, Montse Altarriba, coach profesional, experta en gestión del cambio y directora de la Escuela de Coaching EDPyN, habla de las 3 leyes que aplican en la gestión del tiempo.
La realidad – dice Montse – es que el tiempo resulta ser el recurso más democrático, ya que todo el mundo cuenta con los mismos 1440 minutos al iniciar su día. Parecería que de lo que se trata es de decidir qué hacer con ellos. Y en ese reparto, será útil recordar estas 3 leyes.
La primera de estas leyes es el bien conocido principio de Pareto, aquel que recuerda que el 20 % del tiempo de trabajo de una persona contribuye al 80 % de sus resultados. Se trata, pues de encontrar dónde está esa palanca, ese punto concreto en el que, accionando ahí, se va a producir una mejora en cadena en el resto de los elementos.
La segunda ley que aplica cuando se habla de la gestión del tiempo es la ley de Parkinson, y dice que las cosas llevan más tiempo del que deberían y que todo trabajo se dilata indefinidamente hasta ocupar todo el tiempo disponible para su realización completa. Tener una idea de antemano de cuánto tiempo va a ocupar una tarea (siendo realistas) puede ser de gran ayuda en la planificación de actividades, muy relacionada con una eficaz gestión del tiempo.
Y las terceras son las tres leyes de Murphy, de las que a buen seguro la mayoría conoce la tercera de ellas. La primera ley de Murphy dice que “nada es tan sencillo como parece en un inicio”. La segunda de sus leyes advierte que “todo lleva más tiempo del que se pensaba en un inicio”. La tercera de sus leyes, que es la que le hizo famoso, es la que dice que, “si algo puede ir mal, irá mal”. Esa tostada que cae al suelo impactando por el lado en el que lleva mantequilla, por ejemplo. El antídoto contra las leyes de Murphy parecería, pues estar en anticiparse a los errores y tener un plan de contingencia, lo que puede ahorrar tiempo en el futuro.
Según el famoso escritor Mark Twain, “Para cambiar tu vida necesitas cambiar tus prioridades.” También interesante el siguiente dato: en un estudio de la demoscópica Kairos Future hecho a personas de entre 30 y 50 años, un 77% de los encuestados aseguró que el bienestar laboral comporta sentirse bien con la vida.
Avanzar hacia una mejor gestión del tiempo tiene que ver con combatir a los “ladrones de tiempo”, esas cosas que restan tiempo o productividad; tiene que ver con establecer prioridades y planificar adecuadamente; tiene que ver con tener flexibilidad suficiente para gestionar imprevistos; tiene que ver con responder a dos preguntas como son: «¿a quién o a qué me gustaría dedicar más tiempo?» y «¿qué me gustaría hacer de verdad con el tiempo?».
Las personas que no sean completamente eficaces en su gestión del tiempo podrían encontrar la solución para trabajar en su desarrollo personal a través de la formación en coaching profesional de la mano de la Escuela de Coaching EDPyN.