En el PP de Madrid se da por hecho que Antonio González Terol, diputado nacional y exalcalde de Boadilla del Monte (Madrid), será designado por Isabel Díaz Ayuso como candidato a la alcaldía de Alcorcón, importante municipio en la periferia de Madrid. Se trata de un importante cambio de guion, no solo por el papel asignado a un significado dirigente de la era Casado que parecía llamado para altos designios, sino porque arrebata la cabeza de cartel a un consejero del Ejecutivo de Ayuso, David Pérez, que ya fue alcalde de Alcorcón y que vive momentos de fuerte aislamiento político en el Gobierno de la lideresa madrileña.
Alcorcón no es municipio cualquiera de Madrid. Es una de las ciudades más pobladas de España, con 170.000 habitantes, y tiene una importancia capital en el voto de la Comunidad. Fuentes del PP dan muchas posibilidades de éxito a Terol en lo que sería una batalla clave, ya que arrebataría al PSOE (Natalia de Andrés) la principal alcaldía socialista en el feudo de Ayuso
Que el nombre de David Pérez era uno de los que estaba en el bombo para salir en la crisis de Gobierno no es un secreto. Lo curioso es que Alfonso Serrano, secretario general del Partido Popular de Madrid, bajo la supervisión de Miguel Ángel Rodríguez, están elaborando una estrategia algo más elaborada para enseñarles la puerta de salida. El nombrar a Antonio González Terol como candidato en Alcorcón le cierra la única vía de escape (y una de las obsesiones personales de David Pérez) al consejero de Transportes. Era común verle pasear por los congresos a solas, sin que nadie de la Comunidad de Madrid le diera compañía después de que se supiera que había mantenido su lealtad a Pablo Casado durante la guerra interna del Partido Popular. Pero nadie sabía cómo ni cuándo saldría de la Comunidad de Madrid. Ahora que le han cerrado la vía de escape, todos comentan en Sol que su fin político está cerca.
Antonio González Terol era un hombre leal a Pablo Casado, pero en Sol no han tenido problemas en premiarle con una candidatura que deja claro que no hay «hostilidad» hacia el PP de Casado, pero sí un castigo para aquellos consejeros que no se mantuvieron leales a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Terol ejerció como un leal servidor durante la etapa de Casado, y cuando el presidente del PP cayó no maniobró innecesariamente para hacerse hueco. Su experiencia municipal le avala para ser el candidato de Alcorcón, el problema es que desde el PP dejan claro que este nombramiento no es ni mucho menos desinteresado. El llevar a Terol es un mensaje para David Pérez. Pero puede que su cese aún aguante unos meses más.
Terol ejerció como un leal servidor durante la etapa de Casado
Isabel Díaz Ayuso lleva tiempo delegando tareas. Una de las más importantes es la de nombrar candidatos en los municipios con más población de la Comunidad de Madrid. Tanto es así, que han anunciado en forma de goteo y como si de un trailer de una película se tratase algunos de los nombramientos. Noelia Núñez en Fuenlabrada es un buen ejemplo, pero el de Terol tiene mucho más peso interno porque en Sol son perfectamente conscientes de las consecuencias que tiene para el consejero. No es el único. Hay otros que están en la rampa de salida. Pero de ellos, al único al que sí parece que le quieren cerrar su posible salida es al consejero de Transportes.
Carlos Izquierdo, consejero de Administración Local y Digitalización, Enrique López, consejero de Presidencia y de Interior, y el propio Enrique Ruiz-Escudero, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, son algunos de los nombres que se han dejado caer como candidatos a abandonar la casa. En Sol quieren fuera a Izquierdo porque le consideró «desleal» a la presidenta, ya que en la guerra interna del Partido Popular nunca dio la espalda a Pablo Casado.
El caso de Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad y número dos de la candidatura el 4-M, es más complejo y tiene que ver, según fuentes de Génova, con una relación son la presidenta y el consejero Lasquetty lleva de altibajos. Recientemente Escudero ha perdido a dos personas claves de su equipo, el último el viceconsejero Antonio Zapatero. Considerado una de los gestores de la lucha contra la pandemia, con enorme reputación, su designación para responsabilidades en el PP nacional ha ido seguida de su saluda del Ejecutivo de Ayuso y regreso a su hospital de origen.
La hipotética salida de estos consejeros, a través de una crisis de Gobierno, se prevé desde verano, pero ha sido ahora cuando han empezado a moverse los asientos por el hecho de que se acercan las elecciones municipales.
TEROL: UN AVAL
Antonio González Terol es un ejemplo perfecto para escenificar esa «tregua» que el PP de Madrid busca con aquellos que salieron de forma abrupta del partido tras la dimisión de Pablo Casado. Su lealtad es el mejor aval. Antonio González Terol es un hombre de confianza a quien poder delegar; algo que demostró con creces con Pablo Casado. Cuando el presidente del Partido Popular salió por la puerta de atrás, Terol se quedó en un segundo plano y cayó con el capitán sin aspavientos. Ahora bien, la Comunidad de Madrid le quiere por algo más que por su lealtad política: su gestión en Boadilla del Monte también le avala para ser un gran alcalde de Alcorcón.
El que fuera un alto cargo dentro de la estructura del partido lo seguirá siendo dentro del PP de Madrid. Nadie apostaba porque en Sol se plantearan una tregua a estos niveles, pero tampoco hay demasiadas caras de sorpresa en Génova cuando saben que el elegido par escenificar este enterramiento del hacha de guerra sea Antonio González Terol. De hecho, muchos veían «inexplicable» que el que fuera vicesecretario del PP fuera a desaparecer dadas sus aptitudes políticas. Ahora que le quieren rescatar como candidato en Alcorcón, muchos respiran aliviados porque entienden que «no hay nadie mejor».