La estrategia mediática de Iglesias imposibilita el despegue de Sumar 

La guerra de Pablo Iglesias contra Antonio García Ferreras a cuenta de los audios que demuestran que La Sexta rebotó información de dudosa veracidad ha provocado que Podemos haya pedido el veto a las tertulias de Atresmedia. 

El pablismo ha sacado la guadaña contra Ferreras y tertulianos como Eduardo Inda o Antonio Maestre para enfado de Yolanda Díaz, que tenía previsto lanzar Sumar desde las plataformas habituales del progresismo: La Sexta, los medios del Grupo Prisa y algunos digitales como eldiario.es. 

Pero la vicepresidenta, por ahora, se ha abstenido de visitar La Sexta con el ánimo de no insuflar aire al fuego que carboniza a parte de la izquierda española antes de un ciclo electoral que se barrunta favorable al centro-derecha. 

La decisión de Díaz de volar por libre ‘sin tutelas ni tutías’, su capacidad para arrebatarle a Podemos algunos apoyos (Izquierda Unida o el PCE) y la posibilidad de que Sumar se acerque al errejonista Más País ha provocado que desde el pablismo se baraje la posibilidad de que los morados vuelen solos con Ione Belarra, Irene Montero o Pablo Echenique como últimos resortes.

PALOS A YOLANDA DÍAZ

El exvicepresidente del Gobierno está que trina con las políticas de su sustituta, que apostó por la geometría variable para aprobar in extremis la reforma laboral y se mostró cómplice hacia la postura de Pedro Sánchez sobre la guerra de Ucrania. 

Iglesias aupó en su día a Díaz por la capacidad de la dirigente gallega de tejer consensos gracias a su capacidad de alejarse de la ferocidad dialéctica de Podemos. Pero, con el paso del tiempo, el fundador de Podemos se ha desencantado. 

«Yo sé que mis compañeros de Podemos esto no lo pueden decir, pero yo sí lo puedo decir: aquí algunos han presentado como sofisticación política pactar con Ferreras para que te saque siete veces por semana en dúplex. Política inteligente, política sofisticada, política que busca consensos, política que busca a los que faltan, política que jamás diría que Felipe González tiene las manos manchadas de cal viva, política que jamás diría que Ferreras es un corrupto, política que jamás diría determinadas verdades… Políticas para una izquierda a la medida del régimen; yo sí lo puedo decir», aseguró.

Iglesias cree que «si la izquierda no dice la verdad, si la izquierda está aterrorizada a la hora de decir verdades, si la izquierda no puede llamar terroristas a los terroristas y ladrones a los ladrones, a los banqueros y a quien sea necesario, la izquierda difícilmente logrará sus objetivos políticos». 

PALOS A MAESTRE

Otra de las víctimas favoritas de Iglesias es Antonio Maestre, muy crítico con Podemos y una de las escasas voces cercanas a la izquierda alternativa con presencia en La Sexta. El periodista reconocía hace unos días que para él no era fácil criticar a su jefe, Antonio García Ferreras.

El exvicepresidente asegura que «es indignante lo que se ha hecho en este país en nombre del periodismo, el corporativismo que ha reinado incluso entre periodistas de izquierdas tratando de salvarle el culo a Ferreras después de que salieron esos audios es indignante, una maldita vergüenza que alguien se atreva a decir, después de dar lecciones de moralidad cada día que aparece en la televisión, que él no puede hablar mal de Ferreras porque Ferreras es quien le ingresa 3.000 euros todos los meses en su cuenta corriente». 

Iglesias cree que Maestre «no debería volver a ejercer el periodismo en su vida, alguien que se presenta a sí mismo como un referente de la izquierda y que aparece en las televisiones diciendo a la izquierda lo que está bien y lo que está mal pero reconociendo que él no puede criticar a Ferreras porque es su jefe no debería ejercer el periodismo».

«Marhuenda, Casals, Ferreras, Ana Rosa, Vallés… representan una amenaza contra la democracia y contra los derechos de las mayorías sociales, y si hay periodistas de izquierdas que creen que pueden ejercer su profesión mirando para otro lado cuando se miente, cuando se manipula, cuando se utiliza el privilegio de tener una televisión, una radio o un periódico para atacar los derechos de las mayorías o para acabar con determinadas fuerzas políticas, se están equivocando», añadió.

PALOS A ALBERTO GARZÓN

El apoyo de Alberto Garzón a Díaz también ha provocado que Iglesias recuerde las dudas que tuvo Izquierda Unida a la hora de apoyar la investidura de Pedro Sánchez a principios de 2020 a pesar de que el PSOE no quería hacer hueco a Unidas Podemos en el Consejo de Ministros.

Garzón y otros, según Iglesias, «preferían negociar un acuerdito de coalición con el PSOE pero no arriesgarse a que la progresía mediática les reventara como sólo reventaron a Podemos. Eso sí: a la hora de repartir los ministerios, levantaron la mano todos aquellos que no tenían tan claro que había que exponerse a Ferreras defendiendo que tenía que haber un Gobierno de coalición y que después dicen que hay que sonreír a todo el mundo, que no hay que meterse con los medios y que esas cosas de políticos de hablar del Consejo General del Poder Judicial y de la televisión, que eso no».