El ministro de Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha conseguido enfrentarse de nuevo a la directiva del partido. Habla de centralizar impuestos en contra del criterio de Moncloa. Pero no es la primer vez que plantea una reestructuración a nivel de Gobierno que no convence al PSOE. Todas estas declaraciones han llevado al partido a plantearse qué hacer con el ala moderada del Gobierno, liderada por la vicepresidenta del Gobierno Nadia Calviño y José Luis Escrivá, porque empiezan a comprar un discurso que choca directamente con los socios de Gobierno de Pedro Sánchez. El último mensaje de Escrivá no solo le ha puesto en el punto de mira, sino que ha obligado al Gobierno a posicionarse en público en unas cuestiones que no gustan en ERC, ni en EH Bildu ni en el PNV. Con todo esto, el enfado de Moncloa con Escrivá ha dejado entrever la posibilidad de que se una al club de los defenestrados.
Lo que puede salvar al ministro de Seguridad Social y Migraciones es el respeto que le tienen en Moncloa. Saben que los intereses partidistas no tienen nada que ver con la realidad económica. El que ya se quejara de que el sistema de pensiones no era sostenible fue el primer aviso, algo que comparten en el Gobierno pero que quieren evitar airear ante los medios de comunicación. Escrivá ya ha metido en problemas a otros ministros, a la propia portavoz del Gobierno e incluso al mismísimo Pedro Sánchez. Y pese a que desde el Ejecutivo evitan el choque directo con el ministro, al menos en público, lo cierto es que estas últimas declaraciones con la negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) activas han sentado muy mal en Moncloa, tal y como aseguran fuentes del PSOE.
Escrivá siempre habla de reestructuración. Entiende que no es sostenible el sistema de pensiones y algunos impuestos autonómicos. La última ocurrencia de Escrivá ha sido hablar de los impuestos autonómicos y de la capacidad de estas autonomías para tomar decisiones que les llevan a competir unas con otras. «Me parece un despropósito que las comunidades se dediquen a competir fiscalmente unas con otras», ha comentado el ministro. Ha aclarado además que eliminar el impuesto de Patrimonio le parece una medida «extraordinariamente regresiva». «Las comunidades autónomas lo que tienen que hacer es dedicarse a mejorar la provisión de servicios en Sanidad, en Educación… Esto de la competencia fiscal entre ellas es un asunto que jamás he entendido», ha insistido el ministro.
«Es un modelo mucho más fino. En cambio, en España estamos muy instalados en esta cesión de impuestos que tiene mucha tradición, pero que a mi, personalmente, no me gusta y que genera estas derivas tan indeseables como las que estamos viendo estos días», ha comentado el ministro socialista.
El ministro de Seguridad Social ha conseguido que en el PSOE entiendan que es un problema para los intereses del partido. La sensación de que Escrivá ha dinamitado las negociaciones de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) es, valga la redundancia, generalizada en Moncloa porque entienden que sigue una agenda propia. Escrivá no ha tenido problema en lanzar algunas consideraciones que no han sentado bien en aquellos que ven en el sistema autonómico algo insuficiente. En Moncloa el enfado es tal que ya hay quien habla de que el ministro podría estar en la carrera por dejar el Gobierno en enero. Si esa crisis de Gobierno llega a buen puerto, Escrivá podría sumarse al lote de ministros que dejarían la casa antes de que acabe la legislatura.
LOS ENCHUFES: EL OTRO MOTIVO
Pedro Sánchez le coge la matrícula al Ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones de España, José Luis Escrivá. Según fuentes internas, los “enchufismos” entre los altos cargos ministeriales y la mejorable respuesta ante la acogida de refugiados ucranianos son los dos puntos claves que no convencen al presidente de la labor de Escrivá en el Gobierno. Es por ello que Sánchez sopesa fulminar al ministro aunque no será tarea fácil puesto que no hace apenas un año ya hizo una remodelación de su Ejecutivo. Además, en un contexto complicado como el que esta viviendo el país el presidente también quiere apostar por la estabilidad de su Gobierno.
El “enchufismo” dentro de la cúpula del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones del Gobierno de España es de sobra conocido por los funcionarios que allí trabajan. Desde su gabinete hasta las secretarías, José Luis Escrivá ha conseguido colocar a sus afines en los altos cargos de su cartera. Da igual su currículum previo o que no tengan formación en el campo donde vayan a ostentar un puesto de responsabilidad, lo importante es gozar de la confianza del ministro.