Con la llegada del otoño y del mal tiempo primamos de nuevo los platos calientes y de cuchara, tras abusar de ensaladas, helados, ensaladillas y picoteo. Es momento de volver a la cocina de toda la vida y a recetas tradicionales que son mano de santo contra el frío y el hambre. Son platos deliciosos, saciantes y nutritivos como la fabada asturiana. Pero muchos ponen la pega de ser un plato demasiado fuerte. Pues tenemos la solución para que cocines una versión saludable y además en muy poco tiempo. Toma buena nota.
6LAS CLAVES PARA LA PERFECCIÓN
Lo primero obviamente es una materia prima de máxima calidad. Hablamos pues de las alubias o fabes de diez para que no queden duras en la cocción o se despellejen, uno de los miedos a la hora de hacer una fabada. Un truco es escoger alubias blancas más pequeñas.
En cuanto al chorizo de clase extra, se ha escogido para esta receta por tener menos grasa y más proteína, si bien es algo más caro. E insistimos una vez más en usar el agua del remojo para el cocinado, no nueva, ya que conservaremos los minerales.
Por último si quieres un caldo más espeso, solo tienes que sacar unas alubias y hacerlas puré para añadirlas al guiso.
