Consumo plantea un menú escolar saludable, de proximidad, ecológico y respetuoso con el medio ambiente y los animales

El Ministerio de Consumo quiere que los menús escolares sean saludables, con productos de proximidad, ecológicos y con prioridad de aquellos respetuosos con el medio ambiente y el bienestar animal. Para su diseño, ha sacado este jueves 15 de septiembre audiencia pública un proyecto de real decreto, que prevé aprobar el segundo semestre de 2023 para fomentar una alimentación saludable y sostenible en los centros educativos públicos, concertados y privados de segundo ciclo de Infantil, Primaria, ESO, Bachillerato, FP y Educación Profesional.

Los interesados, según han informado fuentes del Ministerio de Consumo a Europa Press, tendrán un plazo de quince días hábiles para hacer comentarios y presentar propuestas de mejora.

El objetivo de esta iniciativa es garantizar el acceso a una alimentación y nutrición de calidad, saludable y sostenible; elevar el nivel de protección de la salud de los escolares e introducir criterios nutricionales y de sostenibilidad para la contratación, adquisición y oferta de alimentos y bebidas en los centros educativos.

En el proceso de elaboración de este real decreto, Consumo ha consultado a las comunidades autónomas y a las entidades representativas de los sectores afectados.

HORNO Y VAPOR FRENTE A FRITOS Y REBOZADOS

Esta medida busca fomentar la dieta mediterránea basada en alimentos frescos, de temporada y de proximidad, así como de técnicas culinarias saludables (horno, vapor o plancha frente a fritos o rebozados).

También apuesta por la utilización de al menos un 45 por ciento de frutas y verduras de temporada y proximidad en la elaboración de los menús escolares, así como por un aumento, hasta un mínimo del 5 por ciento, de los alimentos de producción ecológica y da prioridad a aquellos cuya producción sea respetuosa con el medio ambiente y el bienestar animal.

MENOS SAL Y AZÚCAR Y AGUA DEL GRIFO

Asimismo, tiene como finalidad la reducción de residuos y el desperdicio alimentario; la disponibilidad de menús especiales, tanto por diagnóstico médico (alergias, intolerancias) como por motivos culturales, éticos o religiosos; o incluir AOVE para los aliños y aceite de oliva o aceite de girasol alto oleico para cocinar y freír.

El decreto buscará además reducir la sal, los concentrados, los potenciadores de sabor, las salsas y el azúcar en las preparaciones; y fomentará el uso de jarras de agua potable, del grifo, en las mesas de los comedores, salvo que no sea posible por motivos de suministro.