Las autoridades de Santa Cruz de Tenerife capturaron a cuatro miembros de una familia venezolana, dedicados a la santería, que supuestamente planificaron extorsionar a la madre de una joven de 22 años, que era novia del hijo de la familia. Estas personas fueron presentadas antes el juzgado número 2 de Granadilla de Abona, que los dejó en libertad mientras se realizan las investigaciones y se presenta la acusación.
Todo sucedió la semana pasada cuando una joven hizo llegar a su familia un video en el cual aparecía con los ojos vendados con una mancha, que parecía sangre, en la comisura de los labios, mientras una persona la amenaza con un arma blanca en el cuello. En las imágenes la joven simula que llora y le dice a la madre que debe pagar 50 mil euros para que la dejen en libertad.
La primera en ser detenida fue justamente la chica del video, quien supuestamente habría confesado que estaba simulando el secuestro, pero porque había sido amenazada por su novio, de nacionalidad venezolana, y por los padres del joven y la hermana. Al parecer, estas personas le habrían dicho que si no conseguía ese dinero que ellos le estaban pidiendo, se vengarían de toda su familia, haciendo rituales de santería y vudú.
El operativo en el cual fueron detenidas estas personas fue denominado «Operación Santero» y de momento hay cinco personas implicadas, que son la joven que aparece en el video pidiendo el dinero a su madre, su novio, los padres y la hermana del novio. Los últimos cuatro todos de una misma familia de venezolanos que llegaron a España hace tres años y que viven de ayudas otorgadas por el Estado español, de acuerdo con información obtenida de manera extraoficial por parte de la Guardia Civil.
De acuerdo con los informantes, la chica decidió ceder a los chantajes de la familia de su novio, por creer que en realidad podrían hacerle daño a sus familiares mediante rituales de brujería. Estas personas le decían a la joven que ese dinero serviría para pagarle a los muertos, y que de no pagarlo, los espíritus de esos muertos se vengarían de sus parientes.
La joven mantenía una relación sentimental con el hijo de la familia desde hace por lo menos dos años. De hecho, los miembros de esta familia había organizados por lo menos tres extorsiones contra estas mismas personas.
En un video difundido por las autoridades, se ve cómo la policía realizó la captura de estas personas en un salón de juego y apuestas de Tenerife, mientas estaban apostando. Llegaron a ellos tras poder determinar, a través de las investigaciones, que todo parecía indicar que había sido planificado por personas allegadas a la joven, que en realidad no había sido secuestrada en ningún momento, ni había una organización delictiva que estuviese detrás del secuestro, como pretendieron hacer creer a la madre de la joven. Estas personas le habrían solicitado a la madre de la muchacha la entrega de los 50 mil euros en efectivo, que debían ser entregados a los secuestradores en un punto clave de la ciudad y a partir de allí los investigadores comenzaron a atar cabos y dieron con la familia del novio de la muchacha de 22 años.
Las autoridades de Tenerife habrían activado todo un protocolo para actuar ante el supuesto secuestro, hasta que se percataron de que todo era parte de la farsa de la joven que envió el video a su madre y los familiares de su novio.
Todas las personas implicadas en el hecho fueron imputadas por la presunta comisión de los delitos de simulación de delito y extorsión y permanecerán en libertad mientras la Fiscalía determina cuál fue el rol que cada uno de ellos cumplió en el suceso.
En total, estas mismas personas habrían extorsionado a la madre de la joven anteriormente y habrían recibido por lo menos otros 45 mil euros, mediante el envío de cartas done amenazaban a la madre de la joven con que le causarían daño a su hija si no accedían a hacer los pagos.
Para el momento en que realizaron una revisión en la casa de los suegros de la joven hallaron el arma blanca, de gran tamaño, que aparece en el video donde sale la supuesta víctima llorando, así como la pintura que utilizaron para simular la mancha de sangre que la joven tenía en el rostro, que la habrían comprado en una tienda de disfraces.
Las autoridades de la Guardia Civil consignaron toda la información sobre la investigación que realizaron ante el Juzgado de Instrucción para que pudiesen realizar la imputación de estas personas, de quien no pudieron obtener mayores datos sobre ocupación u oficio, pero sí constataron que vivían de una serie de ayudar que ofrecía el Estado español, por ser solicitantes de protección internacional y tras haber señalado que no poseían medios económicos para subsistir en el país.