El pollo es una de las comidas más fáciles, sanas y sabrosas que se pueden hacer al horno y que siempre son un éxito en la mesa. Sin embargo, no siempre es fácil conseguir el acabado perfecto para esta deliciosa y, a veces, puede quedarnos demasiado seco o poco cocinado. Por eso, aquí te vamos a contar cuál es el secreto para el pollo al horno te quede siempre crujiente por fuera y tierno por dentro.
4Dora el pollo en una sartén con aceite
Uno de los mejores trucos para asegurarte de que el pollo te queda bien crujiente es pasarlo primero por una sartén con un chorrito de aceite. Aunque es un paso que te puedes saltar sin que tu receta varíe nada, es una buena forma de conseguir una piel crujiente. Para ello, calienta el aceite en la sartén e introduce los zancos durante unos pocos minutos. Se trata de conseguir que se sellen un poco por fuera pero de que no lleguen a comenzar a cocinarse por dentro.