Durante varias décadas el chocolate estuvo demonizado y se convirtió en el enemigo público número uno de las dietas, el peso saludable y la alimentación en general. Todo ello debido a los azúcares y las grasas en su contenido. Era ese ‘guilty pleasure’ cuyo consumo estaba asociado a kilos de más, brotes de acné y otras terribles consecuencias. Pero poco a poco empezaron a popularizarse versiones con menos azúcar, mayores porcentajes de cacao y mucho más ricas en grasas saludables. De esta forma, el chocolate ha conseguido librarse de su mala reputación de antaño y de hecho, en la actualidad, sus virtudes están comprobadas científicamente y avaladas por los estudios más prestigiosos, que aseguran incluso que puede proteger la piel de los efectos del sol. Así pues, el chocolate es nuestro amigo, siempre y cuando se trata de una variedad con un contenido de cacao por encima del 75%.
6CÓMO CONSUMIR CHOCOLATE
Como apuntábamos antes, para obtener todos sus beneficios, es fundamental que el contenido de cacao sea alto, preferiblemente por encima del 75%. Las opciones con frutos secos, son también interesantes, ya que incrementamos su aporte nutricional, añadiendo aún más antioxidantes y fibra. En realidad basta con una onza o dos al día, además, nos ayuda a aliviar el antojo de dulce que podemos experimentar en ciertos momentos y así evitamos caer en la tentación de consumir otros productos dulces nada saludables. Los datos actuales no han demostrado que el chocolate pueda causar adicción ni dependencia, así que ese es otro mito que ya podemos descartar.