Todo parece indicar que a las compañías de delivery lo único que les interesa es facturar. Las condiciones de sus trabajadores y el uso que hacen de las aplicaciones son tema secundario y es allí donde surgen las irregularidades como el alquiler de cuentas, donde un usuario es el titular y otro, totalmente diferente, es el que trabaja, sin que las plataforma tengan algún mecanismo de control para ello.
Esta situación se ha extendido durante muchos años entre los «riders» y si bien es cierto que esta modalidad ayuda a los inmigrantes que están en condición irregular, en muchas oportunidades estas personas se convierten en víctimas de un sistema poco controlado, que aunque les proporciona un ingreso, es una situación irregular.
Las víctimas, muchas veces, son migrantes que llegan al país, y que al no tener ningún tipo de documentación optan por caer en esta trampa, para tener un ingreso para subsistir. De esta manera, El titular de la cuenta es uno, pero el repartidor será otro. Normalmente, quienes alquilan estas cuentas se quedan con porcentajes de entre el 30% y el 40% del ingreso, mientras que el resto es la ganancia para la persona que realmente trabaja.
El venezolano William Martín, era uno de los «raider» que trabajaba con una cuenta alquilada. El joven sufrió un accidente en la Avenida América al colisionar contra un rústico, el pasado 25 de agosto. Tenía apenas 15 días de haber llegado a Madrid y trabajaba como repartidor para ganarse la vida, sin tener ningún tipo de documentación que le permitiera vivir o trabajar en España.
El joven permanece ingresado en el hospital Gregorio Marañón, con pronóstico reservado, debido al fuerte impacto que sufrió. Tras el poco tiempo que llevaba en el país, todavía no tenía ningún trámite migratorio abierto, pues entró a España como turista y no tenía ningún seguro de salud. Compañeros repartidores iniciaron una campaña para recolectar dinero para poder traer desde Venezuela a su esposa y a su hija, que se quedaron en el país suramericano, porque no tenían pasaporte vigente.
Varias cuentas a la vez
Mientras compañías como Glovo, Just Eat o Uber Eats siguen atrayendo a personas para que trabajen en sus plataformas, bajo la figura de autónomos, saltándose lo que establece la Ley «rider», hay gente que por necesidad, recurre a los alquileres de la cuentas y hay riders que están dados de alta en más de una compañía al mismo tiempo, con la intención de solo vivir del alquiler.
Para poder darse de alta en estas cuentas, inicialmente hay que inscribirse en una lista de espera. Posteriormente la habilitan para que los solicitantes puedan trabajar los días viernes, sábados, domingos y festivos, hasta que se abre algún cupo para trabajar todos los días de la semana. Asimismo, para darse de alta solicitan un documento de identidad de la persona que será propietaria de la cuenta, que los usuarios estén dados de alta como autónomos y el carnet de conducir.
Anteriormente cada una de estas cuentas puede estar activas cierta cantidad de horas cada día, por lo que para muchos, a veces no resultaba rentable, pues solo se podía trabajar unas pocas horas. Sin embargo, desde hace algún tiempo eliminaron estas restricciones de tiempo y un mismo perfil puede estar activo durante todo el día.
Este «negocio» del alquiler de cuentas para trabajar como rider fomenta la ilegalidad, mientras que las compañías no ofrecen mecanismos de control para evitar. Hace algunos meses habían implementado un sistema de identificación facial para que el repartidor se identificara, pero en vista de todos los problemas que dio el sistema a la plataforma, lo eliminaron y ahora lo hacen de manera aleatoria, solo a algunos de los perfiles, por lo que al final no tienen control sobre quién es el repartidor.
Otra de las modalidades de estafa , mediante el alquiler de estas cuentas, es que como quienes suelen alquilar son inmigrantes recién llegados, sin documentos, el propietario de la cuenta se queda con todo el dinero de los repartos, sin que el afectado pueda hacer reclamos ante ninguna autoridad, pues la cuenta está a nombre del titular y los pagos se hacen directamente a la cuenta del dueño del perfil de la plataforma.
Esta situación sucede a diario con cada una de las plataformas de reparto de alimentos a domicilio, mientas que las plataformas se hacen las desentendidas y continúan fichando repartidores, bajo la figura de autónomo, pues han hecho caso omiso a lo que establece la ley «rider», que contemplaba la orden de que cada empresa debía asumir a los repartidores como parte de la plantilla y pagar todos los beneficios laborales. En esta oportunidad la realidad se ha hecho visible por el accidente que sufrió el joven venezolano, que fue embestido por un rústico mientras trabajaba.