En España la única vez que ha sido noticia fue cuando se publicó en los medios de comunicación que supuestamente había ocultado dinero en bancos de Andorra y de Suiza. Se llama Rafael Lacava, gobernador del estado Carabobo de Venezuela, y recientemente estuvo de visita por España, visitando a la familia y dicen que supuestamente aprovechó el viaje para tantear el terreno y buscar alianzas con miembros de la oposición que están en el exilio, sacando provecho a las fisuras que hay dentro de la fuerza política que intenta hacerle contrapeso a la dictadura venezolana.
Lacava es un personaje particular que goza de la simpatía del chavismo y de quienes no comulgan con Nicolás Maduro, pero que están desencantados de las figuras de la oposición. Ha destacado por ser polémico en sus maneras de actuar, pero sabe que dentro del chavismo es una de las figuras más «aceptables» y que su «eficiencia» como gobernador de Carabobo ha dejado muy por detrás el fracaso de gestión que ha tenido el movimiento político que lideró el difunto dictador Hugo Chávez, a quien Lacava era muy cercano.
«Drácula», como se hace llamar el mandatario regional, es un asiduo visitante de España, pues su hijo se formó dentro de las filas de la cantera del Barcelona FC, donde destacó como un prometedor jugador y a partir de su fichaje la familia del entonces alcalde de Puerto cabello se instaló en la capital catalana. Por eso no es extraño que Lacava visite España, pero lo extraordinario es que aproveche el viaje de verano para tocar puertas a la oposición en el exilio.
La información la dio el periodista venezolano Miguel Salazar, pero fuentes ligadas a la oposición venezolana confirmaron que el mandatario regional intentó un acercamiento, pero dentro de las filas opositoras todavía lo ven con recelo. La Cava se vende como la opción para ser la transición entre el chavismo – madurismo, con la promesa de que solo quiere el progreso para Venezuela, después de lo últimos 20 años de destrucción del aparato económico.
Para el estratega chavista su oferta resulta más que tentadora, pues él es fiel a la ideología política de Hugo Chávez, pero sabe muy bien que el venezolano común está harto de la crisis económica y que todo aquello que tenga el tufo del chavismo genera recelo y desconfianza. Sin embargo, su figura no busca exaltar al chavismo, sino un espejismo de «progreso» y apertura económica, que a los oídos de cualquier venezolano, resulta atractivo.
Esa es la retórica que Rafael Lacava quiere vender a la oposición venezolana y por eso ha buscado acercamientos con los que están en el exilio, para vender y posicionar la idea de una transición y capitalizar el descontento de los venezolanos a su favor. Les alimenta la idea de que la gente tampoco confía en ellos, y que preferirían votar por él antes que votar de nuevo por el chavismo más rancio, porque según su planteamiento, él puede hacer las veces de «salvador» y conciliador ante un país que ha estado polarizado durante más de 20 años.
En Venezuela todas las fuerzas políticas están en campaña, pese a que los comicios presidenciales serían, si acaso, en 2024, a menos que Nicolás Maduro decida adelantarlos. Mientras el régimen refresca su imagen, intenta borrar todo rastro del chavismo puro y el atraso ocasionado por el dictador Hugo Chávez, gracias a la estrategia impulsada por los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez, vicepresidenta y el presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Lacava trabaja un poco su agenda aparte.
Fuentes ligadas al gobernador aseguran que tiene ansias de poder y que sabe que dentro de las filas del chavismo radical no será muy bien visto que él se plantee como un sucesor de Nicolás Maduro, pero su discurso, a lo interno es que hay que aprovechar que la gente lo «quiere» y que están hartos de la crisis, para ganar adeptos y posicionar su liderazgo, que actualmente es local.
Para Lacava es clave que la oposición venezolana le crea el discurso, porque sabe que se le viene encima la confrontación con los hermanos Rodríguez y con el propio Maduro, que bajo ningún concepto dejará que surja ningún liderazgo sobre él.
El gobernador chavista fue claro en los mensajes que dejó sembrados en España: nadie quiere al chavismo, pero la oposición tampoco está mejor vista, así que es necesario forjar un liderazgo que dé la sensación de progreso. Eso va muy de la mano con la misma imagen que busca vender Nicolás Maduro y su gente de que Venezuela se arregló gracias a la supuesta apertura económica que ha habido en el país suramericano durante los últimos dos años.
Por parte de la oposición, nadie se atreve a reconocer abiertamente que Rafael Lacava ha buscado acercamientos, porque allí también hay hambre de poder. Están analizando entre los perfiles de quienes aspiran a medirse entre unas elecciones primarias, que posiblemente se realicen durante el primer trimestre de 2023 y de donde se supone que saldrá el líder opositor que se enfrentaría Nicolás Maduro en unas eventuales elecciones presidenciales.