La ensaladilla rusa es uno de esos platos que suelen triunfar a lo largo de todo el año, pero más aún si cabe durante los meses de verano. Es entonces cuando las familias, incluidos los más pequeños de la casa, disfrutan con esta receta sencilla de preparar, sabrosa y fresca.
Pero, aunque pueda parecer lo contrario, hay aspectos de una ensaladilla rusa que pueden hacer que esta se convierta en un auténtico triunfo, o que simplemente “no esté mal”. Por eso en este artículo vamos a darte algunas de las mejores claves para que los resultados sean excepcionales.
1¿Qué ingredientes lleva la ensaladilla rusa?
Aunque la gran mayoría de la gente sabe cómo preparar una ensaladilla rusa, no está de más recordar cuáles son los ingredientes necesarios para, por lo general (variaciones las hay, como en casi todos los platos) elaborar la receta. Sin duda, se trata de una de las mayores ventajas de la ensaladilla rusa: no necesita nada que no se suela tener en la nevera.
Lo que se necesita para llevar a cabo una ensaladilla rusa es lo siguiente: patatas, huevos, guisantes (lo más habitual es que se utilicen de bote, es decir, en conserva), zanahoria, aceitunas, atún (también en conserva) y sal. Hay gente que suele echarle perejil, y las cantidades ya dependen de los comensales que vayan a ser. Pero, hasta aquí, más o menos lo conocido por todos.