Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han resucitado el discurso antiestablishment que tan buenos frutos les dio en el pasado. Cabe recordar que Podemos se hizo fuerte en 2014 renombrando a las élites como ‘casta’, mientras que el actual presidente del Gobierno recuperó la secretaría general del PSOE en 2017 tras denunciar las presiones del Ibex35 a su «no es no» contra la investidura de Mariano Rajoy.
Sánchez denunció hace unos días los «poderes ocultos», principalmente eléctricas y mass media, que fustigan al Gobierno. Y Pablo Iglesias ha aprovechado la publicación de unos audios que demuestran la guerra sucia que sufrió Podemos en 2016 para cargar contra los «mafiosos» que le complicaron la vida en el pasado.
Cabe recordar que el propio Sánchez alzó la voz cuando perdió la secretaría general del PSOE en otoño de 2016 contra las maniobras de empresas como el Grupo Prisa y Telefónica, por aquel entonces lideradas por Juan Luis Cebrián y César Alierta.
GRAVEDAD
Iglesias afirma que «la gravedad de los audios es tal que esta vez se ha roto un cerco: muchos periódicos, incluso algunos de izquierdas, habrían evitado dar alguna información sobre Ferreras por la cuenta que les trae. Pero el tamaño del escándalo, lo que ha ocurrido en redes sociales, ha hecho que, poco a poco, lo que solamente atendíamos algunos, y medios catalanes y vascos, otros medios, que me consta que han tenido discusiones muy intensas en sus redacciones, hayan tenido finalmente que dar la noticia aunque algunos hayan tratado como de proteger a Ferreras».
El fundador de Podemos insinúa que Yolanda Díaz no debería volver a La Sexta a pesar de que el partido morado se hizo fuerte en esta señal. Iglesias cree que «es perfectamente legítimo ir a una televisión que tiene una línea editorial de derechas o conservadora o confrontar ideas distintas o incluso interpretaciones distintas de los mismos hechos. Pero cuando hablamos ya de ‘fake news’ estamos hablando de otra cosa que debería ser delictivo, si no lo es».
«Una cosa es que uno vaya a una tertulia y haya unos señores muy de derechas e incluso sea uno de izquierdas contra ocho de derechas, que en esas me vi yo muchas veces. Otra cosa es que haya un señor en una tertulia, que sabiendo que una noticia es falsa, da esa noticia. Porque eso destroza el periodismo, destroza las reglas del juego», añaden.
Es evidente que a este discurso antiestablishment ha contribuido en parte la debilidad del PSOE y Unidas Podemos, que cuentan con unas previsiones electorales nada halagüeñas.
MONEDERO LEVANTA LA VOZ
Juan Carlos Monedero tampoco se queda atrás y dice que las élites «han perdido. Sabemos y se debe afirmar que nos han fusilado, pero nos han fusilado mal. Tan mal que aquí seguimos. Hacer política es un deporte de alto riesgo. Pese a todo, puedo decir que no me arrepiento de nada de lo que hemos hecho. Porque ahí están los logros del gobierno de coalición, es verdad que muy lejos de lo soñado, pero son logros reales».
El politólogo dice sobre La Sexta que «eran y son una televisión del régimen, y por tanto tenían que acabar con nosotros. Por eso, la gravedad de esos audios: se demuestra que había una voluntad de acabar con nosotros».
Yolanda Díaz también ha denunciado la guerra sucia sufrida por Podemos y puso el foco en algunas malas prácticas del periodismo contemporáneo, pero por ahora parece lejos de seguir la línea impuesta por el partido mayoritario dentro de su espacio político.