Con el calor del verano parece que lo natural es refrescarse con un vaso de agua bien fría, directamente de la nevera o con mucho hielo. Desde luego, hidratarse con agua es fundamental para darle al organismo el líquido que necesita para funcionar adecuadamente y, entre otras cosas, evitar problemas graves como el golpe de calor. Pero también conviene seguir una serie de precauciones para consumir este líquido de la forma correcta, y que no afecte negativamente a la salud.
6EMPEORA LA SENSIBILIDAD DENTAL
Otro problema habitual del agua o de las bebidas muy frías, es la sensibilidad dental. Es un problema bastante habitual que afecta a un 24% de los adultos y un 34% de los adolescentes. Puede llegar a ser bastante molesta y producirse tanto con la ingesta de alimentos fríos o calientes. Beber cualquier líquido a temperaturas muy bajas está desaconsejado para estas personas, ya que podría acentuar los síntomas e incluso desencadenarlos por primera vez.