Una investigación llevada a cabo por expertos de la Escuela Nacional de Sanidad (ENS) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), y publicada en la revista ‘Environmental Research and Public Health’, ha puesto de manifiesto que la población española está a favor de la puesta en marcha de políticas alimentarias destinadas a reducir el consumo de alimentos que elevan el riesgo de obesidad.
En concreto, el estudio ha analizado nueve medidas alimentarias dirigidas a restringir el consumo de bebidas y comidas insanas que aumentan el riesgo de obesidad, divididas en cuatro ámbitos. Cuatro de estas medidas hacen referencia a la publicidad (prohibición de anuncios dirigidos a menores; prohibición de regalos acompañados con la venta de estos productos; prohibición de anuncios en el ámbito deportivo, y prohibición de mensajes ligados a posibles beneficios por consumir estos productos).
La quinta se refiere al etiquetado frontal (inclusión de mensajes que informen al consumidor de que se trata de un alimento perjudicial para su salud). Otras dos tienen que ver con la composición de estas comidas y bebidas (limitar la sal, el azúcar y las grasas saturadas, y limitar el tamaño de las porciones). Y las dos últimas se refieren a la provisión y venta de estos productos (prohibir la venta en colegios y centros sanitarios, y prohibir la recarga gratuita de bebidas azucaradas en restaurantes).
Los investigadores recuerdan que el consumo de alimentos y bebidas no saludables está entre las principales causas de mortalidad en España, y que sus principales determinantes son factores sociales, económicos y ambientales, que solo pueden abordarse de forma efectiva con medidas poblacionales.
Por tanto, tal y como han detallado los expertos, el apoyo social a las políticas destinadas a regular el entorno alimentario es importante porque anticipa la aceptación de las mismas por la población y desmonta los argumentos en su contra que apelan a las libertades y preferencias individuales.
El estudio ha trabajado con una muestra de más de 1.000 personas representativa de la población adulta española, y se ha llevado a cabo mediante entrevistas telefónicas en las que se preguntó la opinión sobre las nueve medidas citadas. Además, se han analizado los determinantes sociodemográficos relacionados con el apoyo o desafección a estas políticas.
Todas las medidas recibieron el apoyo de más del 60 por ciento de la población. La que más respaldo obtuvo fue la implantación de un etiquetado frontal interpretativo y advertencias sanitarias para alimentos y bebidas insanos, con un 96,6% de apoyo, seguida de la limitación de sal, azúcar y grasas saturadas (93%) y de la prohibición de publicidad que alegase beneficios para la salud a estos productos (89%) o dirigida a menores (85,4%). La medida que recibió un menor apoyo fue la dirigida a prohibir el relleno gratuito de bebidas azucaradas en restaurantes, con un 63 por ciento.
Los resultados también señalan que al apoyo a todas las medidas fue mayor entre las mujeres, los adultos mayores y las personas con orientación ideológica progresista. En comparación con los hombres, el apoyo de las mujeres a las medidas que afectan a la publicidad fue un 21 por ciento mayor, mientras que, en comparación con el grupo de edad más joven (18-29 años), el apoyo del segmento de mayores de 65 años a las medidas de suministro y venta fue un 52 por ciento mayor.
Los investigadores concluyen que las autoridades cuentan con un apoyo importante entre la población española para implantar las políticas alimentarias propuestas por la comunidad científica, y que este apoyo puede ayudar a superar la resistencia de los sectores opuestos a dichas medidas.