Saber hacer unas gambas al ajillo te puede solventar un imprevisto o un roto en tus planes culinarios del día. Aunque se suelen tomar más como entrante o como tapa, resultan magníficos acompañantes para otro tipo de platos. Lo mejor de este plato es que se puede hacer fácilmente en cinco minutos y no requiere de ningún paso complicado solo apto para los chefs más experimentados. ¿No sabes cómo? Te lo explicamos a continuación.
4SUGERENCIAS DE PRESENTACIÓN
A la hora de presentar las gambas al ajillo, lo ideal es utilizar una cazuelita de barro, y si puede ser de Pereruela, mejor. El barro mantiene la temperatura de la receta. De hecho, si tienes fuego de gas en la cocina, mejor que en sartén o wok, utilizar la cazuela de barro. Sus propiedades caloríficas consiguen que cualquier plato quede más sabroso y hecho en su punto.
Las gambas al ajillo se deben siempre servir recién cocinadas, todavía calientes, para que el paladar note los matices del ajo, y el toque picante. Si lo utilizas como un acompañamiento a un pescado tipo merluza, por ejemplo, un poco de perejil en la salsa, justo antes de echar las gambas, tampoco le van mal.
Para hacer unos espaguetis o pasta en general, con gambas al ajillo, el procedimiento es el mismo. Se añade la receta al final, como aderezo a la pasta y se remueve.