El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, ya no halla a qué santo encomendarse para que lo ayude a salir de la crisis que tiene al país y al Partido Socialista viviendo las horas más oscuras de su legislatura. Ya no le bastan los 383 asesores con los que trabaja, pues ha decidido tirar del comodín de «llamar a un amigo» a ver si lo ayuda con el milagro: se trata de José Luis Rodríguez Zapatero, el gurú del sanchizmo, quien se encargará de guiar al mandatario, para ver si logra acabar su periodo.
En este momento lo tienen todo en contra: las encuestas ponen al partido rojo en su peor escenario, de cara a las elecciones que se celebrarán en 2023 y ni siquiera tienen la certeza de que Sánchez podrá llegar con oxígeno a las generales de 2024, pero puertas adentro, la idea de darle a Zapatero la responsabilidad de planificar la estrategia de salvamento tampoco le hace mucha gracia, sobre todo a aquellos que saben que sus cargos están en la cuerda floja y que una vez que comiencen los cambios internos, nadir podrá salvarlos. Ni si quiera José Luis Rodríguez Zapatero
Y para mucha gente, dentro del partido de Ferraz, la idea del «retorno del Jedi» no parece hacer mucha ilusión, pues consideran que todavía pesa mucho, dentro del imaginario político de los españoles, el desastre ocasionado en el país por el expresidente Zapatero, pero Sánchez no lo ve de esta manera y lo tiene como un as bajo la manga para sacar el oxígeno que necesita dentro de su Gobierno.
Ya desde antes de las elecciones de Andalucía, cuando dentro de las filas del PSOE vaticinaban el fracaso de Juan Espadas, en La Moncloa comenzaron a rodar los rumores de cuáles serán las cabezas que rueden durante esta crisis de verano, y ya es un hecho que de esta semana no pasarán los cambios, pero ¿Cuál será el rol de Zapatero dentro de este «refrescamiento» del PSOE?
De acuerdo con informaciones filtradas desde Ferraz, Sánchez ha pedido apoyo al principal aliado del chavismo en España para que lo ayude a decidir quiénes serán las piezas claves de esta nueva etapa política y sobre cómo atajar la debacle económica, tras todos los tropiezos y desaciertos que han tenido dentro del partido de Gobierno, que han llevado al país a exhibir las cifras de inflación más altas de los últimos 37 años.
Pero la fe en Zapatero es solo de Pedro Sánchez y un par de allegados, porque dentro de la tolda roja, han visto como un disparate a ese llamado de auxilio, y consideran que podría ponerle otro plomo en el ala a al legislatura del presidente de Gobierno.
Advierten que Sánchez está atado de manos ante las constantes exigencias de sus socios de Gobierno y que en más de una oportunidad ha llegado a reconocer que ha sido un error político haber pactado con los independentistas para formar su Gobierno, pero que ahora la labor de ponerlos a un lado del camino no le resultará fácil, y menos con el panorama que se le presenta al PSOE dentro de la política regional, donde no apuestan ni un duro por el liderazgo de ninguna de las candidaturas.
De Zapatero, dicen que podrán rescatar uno que otro de los planes que implementó en la época de la crisis de 2008, porque el panorama que se le presenta a Sánchez en Moncloa, es aun peor que el ocasionado por el líder socialista durante su gestión, pero al final, todos los que tienen algo para decir sobre la crisis del PSOE aseguran que Sánchez no está midiendo, del todo, las consecuencias de las decisiones políticas y económicas que ha tomado durante el último año, porque al final, lo que siempre ha hecho, es imponerse, sin importar el costo político que le suponga.
Al final, Pedro Sánchez sabe que si logra acabar la legislatura será por el talante democrático de la sociedad española, pero que políticamente tiene claro que cualquier movimiento en falso que haga, podría acelerar su caída y empujar a la cumbre al Partido Popular, que tiene todas las de ganar a su favor, y es por ello que el presidente de Gobierno trabaja en función de ubicarse en algún puesto internacional, que le ayude a vivir de la política por unos años más.
Lo cierto es que Rodríguez Zapatero no pierde oportunidad para seguir viviendo de las rentas que le produce la política española y se cuela en cuanto guiso lo mencionan, porque al final, su talante ególatra lo empuja a querer siempre figurar en estas situaciones que lo posicionan tanto dentro, como fuera de España, como el salvador de los más «desamparados». ¿Obligará Pedro Sánchez a Zapatero a romper su retiro de ensueño que lleva a cabo en un lujoso bungalow en Lanzarote para que le ayude a «enderezar» su proyecto político?