Joe Biden llegó a España para cumplir con la agenda de la Cumbre de la OTAN y al presidente Pedro Sánchez, cual fan enamorada, por fin se le hizo el milagro de poder estrecharle la mano, de hacerse la respectiva foto y sostener una reunión, previa a todos los eventos relacionados con la cita política; pero a pesar de todo esto, el jefe de Gobierno no logra calmar sus nervios, porque con quien ha sido realmente simpático el mandatario norteamericano fue con el Rey Felipe VI.
Biden fue recibido en la base aérea de Torrejón de Ardoz por el monarca, porque Sánchez estaba en las instalaciones del IFEMA con Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, y durante el recibimiento ya se le vio muy amable y distendido; de hecho, se le vio bromear y con una actitud muy sonreída desde que descendió del Air Force One, saludó a parte de la delegación española y subió a «La Bestia».
Ya eran demasiados meses los que llevaba Pedro Sánchez y sus peores pesadillas se han hecho realidad. A Biden no le ha quedado otra alternativa que atender a la agenda y reunirse con el mandatario español, en lo que ha sido su primera reunión oficial con el presidente de Gobierno, tras ser electo presidente de Estados Unidos, pero la tónica de este encuentro nada ha tenido que ver con la actitud que el mandatario norteamericano ha tenido, en todo momento con el Rey Felipe, dejando bien claro ante el Ejecutivo y ante el mundo entero que a quien le reconoce como máxima autoridad en España es al monarca.
De hecho, en su discurso ante los medios Biden volvió a bromear con el Rey sobre las instalaciones del Palacio Real y sobre que los conocían como los «parientes pobres» que se quedan más tiempo del que deberían y que tuviese cuidado por si no se iban, pero la mejor muestra de afecto y cercanía fue cuando Joe Biden tocó el brazo de Felipe VI para agradecer la influencia de España en la independencia de Estados Unidos, diciéndole «Algunos dicen que no seríamos un país independiente sin vosotros, chicos», lo que provocó risas entre los presentes.
A estas alturas ya Sánchez y su círculo más cercano no podían más con el estrés, pues él ha querido, a toda costa, ser el centro de atención de esta visita del mandatario norteamericano, porque sabe que podría ser la última vez que lo tenga así de cerca.
Ya durante el encuentro que hubo en La Moncloa a Joe Biden no se le veía tan distendido como cuando estuvo la tarde del martes con el Rey en Torrejón de Ardoz y durante sus declaraciones, el mandatario norteamericano, a pesar de que ambos presidentes coincidieron en sus duras posiciones sobre la invasión de Rusia a Ucrania y el mandatario norteamericano ratificó que España es un aliado estratégico de este lado del mundo. Hasta allí llegaron los halagos para el actual inquilino de La Moncloa, después de más de un año y medio tratando de conseguir la reunión con el sucesor de Donald Trump
La única buena noticia de esa reunión oficial entre Sánchez y Biden fue el pacto entre Estados Unidos y España de ampliar la presencia militar en el país, con el aumento, de cuatro a seis, los destructores en la base militar de Rota, en Cádiz.
Pero más allá del encuentro oficial, la angustia de Pedro Sánchez no ha cesado, a pesar de todos sus intentos por acaparar toda la tención del primer mandatario norteamericano, porque no ha soportado ver tanta complicidad entre Joe Biden y Felipe VI, tanto, que de hecho, en la foto de la cena oficial lo han mandado a colocarse al lado de la Reina Leticia y al lado del Rey quedó el presidente norteamericano.
A todo este estrés de querer figurar y captar todas las atenciones de Biden, en La Moncloa han tenido además los nervios de punta por las amenazas de Podemos se sabotear la cumbre de la OTAN, a lo que Sánchez ha sido totalmente enfático advirtiendo a sus más cercanos colaboradores que no pueden permitir que los revoltosos de la tolda morada hagan ruido durante estos días.
Al final, Pedro Sánchez y sus 383 asesores solo están abonando el terreno para que, una vez que se acabe la legislatura, o quizá un poco antes, el líder del PSOE pueda conseguir, con relativa facilidad, un cargo internacional que le permita vivir de la política durante algunos años más. Él tiene la mira puesta en la Unión Europea, pero sus esfuerzos dependerá también de los contactos que logre hacer durante la OTAN, porque también apunta a un posible cargo dentro de esta organización. Total, lo que le importa es seguir viviendo de la política, porque ya ha logrado su foto, de fan enamorada, con Joe Biden, que era lo que más le quitaba el sueño.