Los militares de las Fuerzas Armadas, entre ellas el Ejército de Tierra, manejan armamento delicado durante sus servicios, esto hace que necesiten poner los cinco sentidos en las tareas que realizan y sean sumamente cuidadosos para que no ocurra una tragedia. Además, las Fuerzas Armadas cuentan con un carácter militar muy estricto, por ello el Ejército suele ser muy rigurosas con el cumplimiento de las normas. Y el Ejército de Tierra igual. Sin embargo, hay uno entre las filas de los militares del Tierra que no ha hecho caso a estas cuestiones y ha acudido a realizar el servicio en un estado un tanto reprobable. Así, un soldado del Ejército de Tierra se presentó en estado de embriaguez a un acto de servicios de armas. Este hecho ha llegado a los Tribunales militares, quienes han decidido condenarle a tres meses y un día de cárcel, así como a la suspensión militar de empleo. Uno de sus superiores aseguró que se podía apreciar que se encontraba «muy excitado y con fuerte olor a alcohol».
Los hecho se produjeron el 19 de mayo del año 2019, cuando el condenado estaba nombrado como componente de la Guardia de Seguridad de la Base Militar «Cid Campeador» del Ejército de Tierra. A primera hora de la mañana, a las 8 horas se presentó al Sargento del Cuartel del RING. Su superior aseguró que se podía apreciar que el soldado se encontraba «muy excitado y con un fuerte olor a alcohol». Y no solo eso, sino que tal era el estado en el que se encontraba este militar que tuvieron que llamarle varias veces para que se presentara al servicio, dado que llegaba tarde a la revista de policía. Este es una especie de «examen» individual en el que los superiores comprueban aspectos como el vestuario o el armamento de las tropas para que esto este correcto, dado que deben ir impolutos. Finalmente este militar del Ejército de Tierra se presentó su estado no era el más conveniente.
«muy excitado y con fuerte olor a alcohol»
Tras observar el estado en el que se encontraba el sargento puso en conocimiento a S2 del Regimiento, al Oficial de Servicio y al Comandante de la Guardia de Seguridad y procedieron a realizarle una prueba de alcoholemia. El resultado del test fue 0,72 mg/l de alcohol en aire espirado en la primera medición y 0,79 mg/l en la segunda medición. En España, el límite permitido se sitúa en 0,25 mg/l de alcohol en aire espirado. De esta forma, el militar del Ejército de Tierra triplicaba la tasa permitida. Es decir, que este soldado se presentó en el servicio todavía borracho de la noche anterior y no a un servicio normal sino a uno con armas. Por este motivo, el Tribunal militar ha concluido que los hechos que han declarado expresamente probados y aseguran que constituyen un delito de «embriaguez en acto de servicio de armas» del cual está acusado el soldado del Ejército de Tierra.
Y es que, se trata de una cuestión que en las filas del Ejército no permite. Los militares cuenta con una instrucción militar muy estricta. Las reglas militares son muy importantes dentro de las Fuerzas Armadas, respetan tanto las normas como la cadena de mando. Es algo que va en su formación, en su institución. Sin embargo, parece que algunos soldados no tienen tan interiorizado este carácter militar, y no les importa saltárselo a su antojo, como ha hecho este militar. Presentarse tarde y borracho a un acto de servicio de armas es algo intolerable para el Ejército de Tierra y por ello ha sido condenado a tres meses y un día de cárcel.
LOS SOLDADOS QUIEREN MEJORAR SUS CONDICIONES
El hecho de que un militar se haya presentado borracho a un servicio no es algo que ayude a la cúpula militar en su objetivo de mejorar su condiciones. Los profesionales de la Asociación de la Tropa y la Marinería Española (ATME) aseguran que «Margarita Robles, la ministra mejor valorada por los ciudadanos, viene insistiendo en el diálogo como vía para solucionar los problemas laborales de todos los colectivos, menos en su propia casa, el Ministerio de Defensa«. Y es que la titular de Defensa ha tardado meses en levantar el teléfono para ponerse en contacto con los militares para escuchar sus reivindicaciones. «Margarita Robles se niega a reunirse con las asociaciones profesionales para tratar los graves problemas retributivos de los miembros de las Fuerzas Armadas», explican los soldados con los que solo se ha comunicado por vía telefónica.
No obstante la manifiesta falta de voluntad para escuchar a las escalas más bajas de las Fuerzas Armadas, las asociaciones profesionales no cesan en su cometido de alcanzar retribuciones dignas. Salarios bajo, retirada a los 45 años y difícil reinserción al mundo laboral son solo algunos de los problemas que sufren las Fuerzas Armadas. Unos problemas que la ministra de Defensa se niega a escuchar y mucho menos cuando entre las tropas hay soldado a los que les parece bien acudir borrachos a realizar los servicios con armas.