A quién no le gusta el pollo y a quién no le gusta una receta tan típica como las alitas de pollo. Es un plato de lo más solicitado y uno de los estandartes de la comida rápida junto con la hamburguesa. Sin embargo, como pasa también con la hamburguesa, lo delicioso trae a veces el problema de las calorías y la culpabilidad de que te engorde. Pues para todo hay solución y vamos a guiarte para poder disfrutar de unas alitas que no engorden.
Las alitas de pollo no sólo son una tentación para cualquiera, incluido los niños, a los que les encanta. También es una receta muy fácil de elaborar y con múltiples opciones y maneras de hacer. Pues una de ellas y muy útil para los que se preocupan por la salud y el peso, es una forma de hacer las alitas de la manera más equilibrada posible.
9Las alitas de pollo, siempre al horno
¿Por qué? Porque es la parte del pollo que más grasa tiene, ya que la mayor parte de la grasa del pollo se encuentra en la piel. Las alitas de pollo es mejor hacerlas al horno para no tener necesidad de añadir más grasa a la hora de hacerlas y para que parte de su grasa se funda a la hora de cocinarlas.
Las alitas de pollo nos aportan proteínas de alto valor nutricional, vitaminas y minerales necesarios para que nuestro organismo realice correctamente sus funciones. Al ser la parte más jugosa del pollo, se recomienda en especial para las personas mayores que van perdiendo el sentido del gusto y que van perdiendo el apetito.
Otra ventaja es que se trata de una carne de fácil digestión recomendada también para las personas con estómagos delicados, siempre que las cocinemos con poca grasa.