La diabesidad -un término que hace referencia a la relación entre el sobrepeso-obesidad y la diabetes-, incrementa hasta siete veces el riesgo de mortalidad, según informa la doctora María del Mar Malagón, presidenta de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), quien ha participado en el 9º Congreso de Diabesidad, que ha tenido lugar en Madrid.
Como ha recordado esta experta, «la diabetes tipo 2 es la comorbilidad más asociada a la obesidad. Hay estudios que prevén que la prevalencia de la diabetes relacionada con la obesidad se duplique hasta alcanzar los 300 millones de personas en 2025».
Por lo tanto, los expertos han reconocido su preocupación acerca de la diabesidad, no solo por los datos de prevalencia sino por sus efectos en la salud. En este contexto, el presidente de la Sociedad Española de Diabetes (SED), Antonio Pérez, ha incidido en que el diez por ciento de la población adulta española padece diabesidad.
«El gran problema es que hay una falta de visibilidad y concienciación de este problema a nivel social, mientras que a nivel sanitario está infradiagnosticado y no se trata con la especificidad que requiere el padecer estas dos patologías a la vez», ha explicado.
Al respecto, el presidente de la Sociedad Española de Endrocrinología y Nutrición (SEEN), Javier Escalada, ha indicado que la asociación de estas dos enfermedades, diabetes y obesidad, puede afectar gravemente a la salud del corazón, el hígado, el cerebro, el riñón o las articulaciones, por ejemplo. Si bien, hay una cierta predisposición genética a la hora de poder padecerla, el elemento fundamental es todo lo relacionado con el aumento de peso.
«Actualmente vivimos en un ambiente obesogénico y esto hace que en las personas predispuestas el aumento del peso derive en una serie de alteraciones, como la diabetes, que afectan a todo el organismo y dan lugar a múltiples complicaciones», ha asegurado.
Esta situación ha favorecido que las tres sociedades afirmen que se debe trabajar en un Plan Nacional contra la obesidad que, además de incluir acciones de prevención, garantice el acceso a las opciones existentes para su tratamiento y asegure tanto la formación de los diferentes profesionales que abordan esta enfermedad multifactorial como la investigación en obesidad.
«El impacto de la diabesidad es doble en términos de salud mental. Existen estudios que muestran que la diabetes en la población general está asociada a una mayor prevalencia de depresión y ansiedad, lo que, a su vez, también se asocia a la obesidad», ha recalcado Malagón.
Según ha concretado esta experta, «hay factores psicosociales, como el estigma y la mala imagen de sí mismo, asociados a la diabesidad, además de patofisiológicos (estrés fisiológico, predisposición genética), que sustentan la relación entre diabesidad y salud mental».
Por ello, ha reafirmado la importancia de contar con especialistas en salud mental para el tratamiento de la diabesidad. «La incorporación de psicólogos y psiquiatras a los equipos de Diabesidad es clave. El abordaje emocional es fundamental para conseguir el objetivo», ha precisado.