La ministra de Justicia, Pilar Llop, ha defendido este lunes la utilidad de los indultos concedidos a los presos del ‘procés’. Por ello el Gobierno va a esperar a la decisión del Tribunal Supremo (TS) sobre los recursos presentados contra la medida de gracia.
Para Llop, los indultos han «rebajado la tensión» en Cataluña y han conseguido que los ciudadanos estén «más relajados pensando en otras cosas». Además, ha insistido ante la posibilidad de que la sentencia del TS pueda revocarlos que el Gobierno actuó en torno a los principios de proporcionalidad, justicia, equidad y mantenimiento de la convivencia.
Aunque en un primer momento el Supremo señaló que los recurrentes –entre ellos PP, Vox y Ciudadanos– no estaban facultados para emprender esta acción judicial por carecer de interés legítimo, el tribunal ahora ha asegurado que, ante las discrepancias, lo pertinente es admitir dichos recursos, lo que implica que los estudiará para pronunciarse sobre el fondo del asunto.
«Vamos a esperar», ha afirmado la titular de Justicia en una entrevista en Radiocable. Asimismo, ha apuntado que el Supremo solo va a poder analizar los elementos de forma y no de fondo porque estos últimos corresponden a la «oportunidad política» que tiene un gobierno a la hora de conceder la medida de gracia.
Llop ha explicado que lo ocurrido para que el tribunal haya cambiado su criterio de admitir los recursos en «tan solo tres meses» es la modificación de la composición de la Sala. En este contexto, se da la circunstancia de que los cinco magistrados que componen esa sección de la Sala Tercera han cambiado en este tiempo. Dos de los tres jueces que votaron para rechazar los recursos –Segundo Ménendez y Ángeles Huet– han pasado a otras secciones, mientras que los dos que abogaron por admitirlos, Fernando Román y Wenceslao Olea, se han mantenido.
Con todo, ha sostenido que el Gobierno actuó en el «marco en el que debe regir la política del Estado» que es la que aplica, a su juicio, el Ejecutivo y ha añadido que le gustaría que el Partido Popular fuera también una «oposición de Estado y no contra el Estado».