Los trucos imprescindibles para pagar menos por el café de Starbucks

Starbucks se ha convertido en un punto de referencia para los amantes de café de todo el mundo. Desde que abrieran su primer local en Seattle en 1971, como venta de granos de café hasta hoy en la que sus más de 24.000 tiendas y franquicias tiñen de verde las calles de muchas ciudades, Starbucks se ha convertido en un punto de encuentro donde además de tomar café se puede charlar, reunirse o trabajar. Es probable que este concepto sea la clave del éxito, el ambiente acogedor. Sin embargo, sus detractores – que también los hay, y muchos – aluden a un precio del café desorbitado. Si eres de los de éste último grupo, a continuación te contamos los mejores trucos para pagar menos por el café de Starbucks.

3
No pidas extras

La leche, el hielo, el agua, hay muchos «extras» que son gratis en Starbucks si sabes como pedirlos. Así si pides un café latte, será más caro que si pides un café americano y luego le pides al barman que le añada un poquito de leche, o se la añadas tu mismo en la barra. Dispones de termos de leche y de azúcar avainillada para darle un toque distinto a tu consumición de forma gratuita. Pasa lo mismo con el hielo. Si pides un frappé es más caro, que si pides tu capuccino con unas piedras de hielo. Muchas veces el ahorro está en la forma de pedir.