Emiliano no soporta al presidente. Esta frase se ha escuchado tantas veces en Moncloa que ya aburre al propio presidente del Gobierno. Hasta ahora, Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, estaba blindado por las buenas encuestas y los buenos resultados electorales. Sin embargo, Moncloa ha visto el cielo abierto para echar de una patada a ese barón tan incómodo que se ha convertido en una piedra en el zapato de los sanchistas. Emiliano no disimula: tiene una terrible relación con Pedro Sánchez y sabe que no le quieren al frente. El problema es que algunas encuestas internas (y las publicadas) que maneja el partido hablan de que García Page perderá la mayoría absolita y no podrá gobernar. Y ante las malas expectativas, Ferraz se plantea tomar medidas radicales.
La oposición del presidente castellanomanchego al presidente es tan conocida que incluso el Partido Popular le tira los tejos a Emiliano García-Page para que presione a nivel interno al líder del PSOE en cualquier cuestión. Que el presidente de Castilla-La Mancha tiene una buena relación con el ala moderada del PP no es ningún misterio (especialmente después de que Alberto Núñez Feijoo, presidente del Partido Popular, elogiara las bondades de las plurinacionalidades). Pero tampoco lo es que mantiene un pulso con Ferraz desde hace tiempo considerable porque ha preferido ser un verso libre que someterse al rodillo del «sanchismo». Y en este contexto, desde Ferraz se empiezan a ver tímidos movimientos para explorar vías alternativas a García-Page.
«No se pueden ni ver», aseguran fuentes muy cercanas al presidente autonómica en referencia a su relación con Pedro Sánchez. Emiliano nunca ha sido un hombre del presidente y solo la mayoría necesaria para gobernar le ha mantenido relativamente a flote de cara a los suyos. Pero ahora Santos Cerdán y Adriana Lastra han recibido el tímido encargo, según fuentes del PSOE, de explorar alternativas para echar de una patada a Emiliano García-Page para así colocar en la región a alguien afín al presidente. Hasta el momento, los resultados de las encuestas que manejan en Ferraz son relativamente ajustados.
Cuando hablamos de tímidos movimientos, siempre están respaldados por otras encuestas que sí le dan a Page la mayoría absoluta. Queda algo menos de un año, pero desde Ferraz entienden que con estos resultados no hay justificación de cara a la galería para quitar a Emiliano García-Page como cabeza de lista. Algunas le dan la victoria. Y otras reflejan que la irrupción de Vox supondrá el fin del reinado socialista en Castilla-La Mancha. De momento, Ferraz tiene monitorizado todo lo que pase en la región con vistas a que, si Page cae, se cambien algunas cosas y se aproveche la coyuntura para echar al presidente socialista del partido.
Emiliano es un socialista que no comulga con el sanchismo desde el minuto uno. Page ha lanzado mensajes polémicos como cuando afirmó que antepondría los intereses autonómicos a los de partido. «Que nadie me ponga a prueba nunca entre los intereses de mi partido y los intereses de mi tierra, porque siempre voy a poner a Castilla-La Mancha por delante», aseguró. Y tras esto, a Emiliano tan solo le ha mantenido en el poder su posición de presidente y las buenas encuestas. Ahora, fuentes del PSOE aseguran que se ven tímidos movimientos en Ferraz para explorar la forma de echar a Emiliano de la candidatura. Y más si Vox infla los resultados con esa presunta candidatura de Javier Ortega Smith para la autonomía.
el problema real entre Pedro Sánchez y Emiliano García-Page es de lealtad y de obediencia
Adriana Lastra y Santos Cerdán tienen mucho trabajo por delante. De cara a las elecciones municipales, autonómicas y las mismísimas generales están preparando una buena criba. Con los candidatos municipales es sensiblemente más sencillo. Sin embargo, con las autonómicas los resultados mandan. En el caso de Castilla-La Mancha, el problema real es de lealtad y de obediencia, no de gestión. Sánchez no tiene problemas con cómo se gestiona la región, pero la falta de lealtad y obediencia de Page a las indicaciones de Ferraz se han convertido en un problema considerable. No solo por el hecho de que no siga las indicaciones de Lastra, sino porque tampoco tiene problema en acudir a los medios de comunicación cada vez que quiere mandar un mensaje al presidente.
El hacerlo es una pequeña obsesión de Sánchez, y más tras varios años como presidente del Gobierno. El presidente autonómico afronta las elecciones con cierta seguridad por las encuestas. Sabe que mientras estén ajustadas, Ferraz tendrá difícil meterle mano antes de las elecciones. Hasta ahora, el PSOE podría obtener en sus mejores previsiones entre 18 y 19 diputados. El PP obtendría alrededor de 12 y Vox cerca de cuatro. Con estas cifras de algunas encuestas, los datos impedirían tocar a Page. Sin embargo, hay otras encuestas internas que maneja el PSOE que contemplan que el presidente de Castilla-La Mancha perdería la presidencia por el empuje de Vox.