Las patatas fritas de bolsa son realmente apetitosas y le gustan prácticamente a todo el mundo. Nos encantan porque son crujientes y sabrosas, dos características que estimulan el sistema de recompensa del cerebro, y nos hace querer repetir. El problema es que, por mucho que nos gusten, no son un producto demasiado recomendable. De hecho, se debe evitar su consumo todo lo posible y reducir a momentos muy puntuales. De lo contrario, pueden llegar a crear patrones de alimentación inadecuados, y desplazar a otros alimentos saludables que si deberíamos ingerir sin falta. Pero, ¿cuáles son exactamente los peligros de este rico alimento?
5RIESGO DE CÁNCER
A todo lo dicho, hay que apuntar que existen indicios que apuntan a las patatas fritas de bolsa como potenciales agentes cancerígenos, aunque no está totalmente comprobado. Según informes de la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer, contienen un compuesto llamado acrilamida, presente en alimentos ricos en almidón una vez que se fríen o se asan. Hay estudios que relacionan la ingesta de acrilamida con el cáncer, por lo que conviene tener precaución. Patatas fritas sí, pero de forma esporádica.