Las patatas fritas de bolsa son realmente apetitosas y le gustan prácticamente a todo el mundo. Nos encantan porque son crujientes y sabrosas, dos características que estimulan el sistema de recompensa del cerebro, y nos hace querer repetir. El problema es que, por mucho que nos gusten, no son un producto demasiado recomendable. De hecho, se debe evitar su consumo todo lo posible y reducir a momentos muy puntuales. De lo contrario, pueden llegar a crear patrones de alimentación inadecuados, y desplazar a otros alimentos saludables que si deberíamos ingerir sin falta. Pero, ¿cuáles son exactamente los peligros de este rico alimento?
2SON ADICTIVAS
Lo de no poder comer una sola patata es real, así que no es raro abrir una bolsa y comérsela entera del tirón. Las patatas fritas de por sí, tienden a estimular nuestros sentidos, precisamente porque estamos programados para que nos gusten mucho los alimentos altos en grasas. Pero además las patatas contienen glutamato natural, una sustancia que estimula el apetito. Algunos fabricantes pueden añadir incluso más glutamato artificial para intensificar este efecto. Por otra parte, hay estudios que vinculan la textura crujiente de las patatas con un deseo compulsivo de querer comer más.