Ana Beltrán rebaja su tono contra Del Burgo para sobrevivir políticamente

La casadista Ana Beltrán perdió la vicesecretaría de Organización del Partido Popular en el último Congreso de la formación que lidera Alberto Núñez Feijóo, pero al menos fue elegida como número 7 del nuevo Comité Ejecutivo Nacional.

Esta designación hace prever que tiene opciones de ser reelegida como líder del PP navarro a pesar de que hasta hace unas semanas pocos daban un duro por ello. Y es que la caída de Pablo Casado y el enfado público del histórico Jaime Ignacio del Burgo, que la acusó de dirigir el partido desde Madrid, la colocaron en un lugar difícil.

Beltrán se revolvió contra Del Burgo, asegurando en Diario de Navarra que el expresidente navarro quería colocar al frente del minúsculo PP en la Comunidad Foral a alguien manejable para sus intereses. Finalmente, la diputada estatal rebajó el tono contra su compañero de partido en una reciente entrevista concedida a la SER en Navarra.

INCUMPLIENDO LOS ESTATUTOS

Dicen los Estatutos del PP que «los presidentes y secretarios generales provinciales e insulares solo son compatibles con cargos de representación institucional en corporaciones locales y provinciales, parlamentos autonómicos y el Senado».

Este hecho deja en mal lugar a Beltrán, que ejerce como presidenta del PP navarro y también como diputada en el Congreso. Este hecho, y otros, quizá invitaron a Del Burgo que «no se puede dirigir un partido con mando a distancia».

Según del Burgo, Beltrán «no vive en Pamplona», «no está en el día a día de la política navarra», «no visita prácticamente ningún pueblo», «no se reúne con los militantes más que de ciento a viento» y se dedicaba «a ser la vicesecretaria de Organización del PP en España y diputada por Madrid». Esto, añadía, «no es precisamente lo que se espera del presidente regional de un partido» que «tiene que dar la cara siempre» y «tiene que estar aquí las veinticuatro horas del día».

Beltrán quiere mantenerse al frente del PP navarro para volver en 2023 al Parlamento de Navarra a pesar de la incomodidad que provoca su presencia en Javier Esparza de UPN (con el que el PP comparte la coalición Navarra Suma).

Otros nombres que suenan para dirigir el partido son los parlamentarios forales José Suárez y Javier García, que apoyaron a Pablo Casado… hasta que su caída les invitó a pedir un Congreso urgente para encauzar una situación que, días atrás, ellos parecían ver óptima.

AGUAS REVUELTAS EN EL CENTRO-DERECHA NAVARRO

La suspensión de militancia de Sergio Sayas y Carlos García Adanero en UPN ha provocado la marcha de ambos, que han fundado la nueva Plataforma Navarra que podría competir contra Navarra Suma en las forales de 2023.

La sanción, para Sayas, deja en evidencia que Esparza «no quiere tener un partido político, quiere tener un club de fans. Un sitio donde no se pueda discutir y simplemente la gente aplauda a lo que él hace y decide. Es solo ‘yo, mi, me, conmigo’ y por tanto no sé si merece la pena pelear por quedarse».

«No reconozco al partido por el que he trabajado toda la vida, después de que Esparza haya decidido renunciar al liderazgo y entregarse el Partido Socialista. Lo que suceda a partir de ahora es responsabilidad exclusivamente de Esparza», añadió.

Esparza afirma por su parte que «ni Sayas ni García Adanero pueden hablar en nombre de UPN. Tenemos a Alberto Catalán en el Senado y va a ser nuestra voz en Madrid. UPN tuvo en su mano la posibilidad de forzar al Gobierno de España a aprobar en el actual periodo de sesiones sanciones para los organizadores de los ongi etorris, que tanto dañan a las víctimas. Lamentablemente, lo sucedido con la votación de la reforma laboral lo impidió».