lunes, 25 noviembre 2024

Seguridad Nacional se rebela contra Félix Bolaños por el espionaje al presidente

El Departamento de Seguridad Nacional, dependiente del Ministerio de Presidencia, se ha rebelado contra el ministro Félix Bolaños. El hecho de que el Gobierno se haya dedicado a repartir culpas entre el Centro Nacional de Inteligencia y el DSN por el espionaje al presidente del Ejecutivo no parece que haya calmado las aguas a nivel interno. Seguridad Nacional ha hecho llegar su malestar al equipo del líder socialista por el hecho de que Moncloa haya asegurado a nivel interno y en el Congreso que los culpables reales de que hackearan el teléfono móvil del presidente hayan sido los integrantes de Seguridad Nacional.

Mientras Moncloa le busca las vueltas a todo aquel que pueda tener responsabilidad por el hecho de que hayan infectado con Pegasus el teléfono del presidente del Gobierno, el Departamento de Seguridad Nacional, cuyo director es el general de Brigada Miguel Ángel Ballesteros, ha puesto el grito en el cielo por dos motivos. El primero de ellos es que desde el DSN deslizan que la seguridad del teléfono móvil del presidente no depende exclusivamente de ellos; y el segundo es que tienen la sensación de que las actuaciones de Moncloa les están enfrentando con el CNI, cuando todos reman en la misma dirección (aparentemente). Todo esto ha hecho que el DSN se haya rebelado no solo contra Sánchez, sino contra Bolaños, de quien dependen directamente.

El anuncio de que podría cesarse a Ballesteros no ha gustado nada en el DSN porque tienen la sensación de que Moncloa sigue buscando cabezas de turco. El cese de Paz Esteban López ya dejó claro que los movimientos de Sánchez estaban marcados por la supervivencia y por la política y que nada tenía que ver con dirimir responsabilidades de ningún tipo. Ahora, son desde el DSN desde donde se quejan efusivamente porque ven cómo el Gobierno no tiene problemas en culparles de lo ocurrido. Algunas fuentes insisten en que, efectivamente, la responsabilidad era del CNI. Y otros aseguran lo contrario. Pero todo esto poco le importa al Gobierno, al parecer.

«Se informa de que la seguridad integral (física o comunicaciones, entre otras) del presidente del Gobierno depende del Departamento de Seguridad de Presidencia del Gobierno, tanto en el complejo de la Moncloa como en cualquiera de sus desplazamientos. En el dispositivo de seguridad del presidente del Gobierno no participan miembros del Centro Nacional de Inteligencia». Con esta frase, el equipo de Pedro Sánchez sentenció en 2020 de quién dependía la protección de las comunicaciones y de su teléfono móvil.

El DSN ha visto que la lealtad de Bolaños es hacia el presidente, no hacia el Estado ni hacia las instituciones que lo componen. Y que al igual que la titular de Defensa, Bolaños no tiene ningún problema en «cargar el muerto» al DSN si con eso salvan la cabeza de Pedro Sánchez, el único que importa. Mientras Seguridad Nacional insiste en que ellos no son los responsables de la brecha en seguridad que permitió que hackearan con el software israelí Pegasus el teléfono del presidente del Gobierno, el Ejecutivo ya está en otra pantalla del videojuego y solo quiere calmar las aguas con los partidos nacionalistas.

Ya poco importa de quién fuera la culpa, aunque haya quienes consideren ahora que la respuesta del Gobierno en sede parlamentaria es completamente infundada. El DSN sabe que Moncloa les busca las vueltas, aunque son conscientes de que todo dependerá del nivel de presión externa y política que tengan. Moncloa no tiene ahora especial interés en mantener una criba en los servicios de seguridad y de Inteligencia españoles, pues solo lo hará si la pervivencia de Pedro Sánchez depende de ello. Sin embargo, fuentes del CNI aseguran que el malestar es de tal magnitud que no saben si habrá alguna respuesta por parte de los servicios de Inteligencia.

El malestar en el DSN ha disparado algunas alarmas en partes sensibles del Gobierno. Hay socialistas que temen que Sánchez se haya enfrentado y puesto en contra tanto al CNI como a Seguridad Nacional, lo que sería un mal negocio para un presidente que tiene pocos meses de legislatura por delante. Desde el DSN no supuran tanto malestar como desde el CNI, pero lo cierto es que estas últimas semanas que se están moviendo comentarios hostiles hacia el general Ballesteros.