Para algunos se trata de la playa más bella de Occidente y una de las mejores de España. Para acceder a ella hay que seguir a pie un camino de tierra y descender (y luego subir) una escalera de más de cien peldaños. No podrás evitar enmudecer ante esta ensenada en forma de concha, de agua cristalina y cantos rodados, y flanqueada por unos muros rocosos. Quienes la conocen dicen que es perfectamente imperfecta y bella como pocas. Te contamos todo sobre esta playa asturiana que deberás visitar este verano.
5Una playa asturiana “pavimentada”
Son 300 metros de largo por 30 de ancho, completamente virgen y salvaje. No hay socorristas, ni duchas, ni chiringuitos, ni bandera azul, ni nada de nada. Tampoco arenas. Es como si Playa del Silencio estuviese pavimentada de piedra. Grandes bloques bajo el mar y pequeños cantos rodados en la orilla. Y es precisamente la ausencia de arena la que nos regala ese color tan bonito y cristalino del agua del mar en toda la orilla. Tiene un color verde esmeralda tan característico de las playas asturianas.