El ‘caso Pegasus’ se ha cobrado su primera víctima. El Gobierno ha decidido cesar a la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, como una de las responsables del espionaje a distintos miembros del Gobierno y a políticos independentistas a través del programa de software denominado ‘Pegasus’. Tras la salida de Esteban, el Ejecutivo ha decidido nombrar a Esperanza Casteleiro como nueva líder del CNI. Es decir, la hasta ahora número dos de la ministra de Defensa volverá a un departamento del que ya formó parte en el pasado y donde, incluso, fue candidata a ostentar este cargo hace unos años. Ahora, parece que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido premiar a la que fuera la candidata de José Bono y nombrar a Esperanza Casteleiro como nueva jefa del departamento de inteligencia, quien hasta ahora ostentaba el cargo de secretaria de Estado de Defensa, dentro del departamento que dirige Margarita Robles.
La hasta ahora número dos de la ministra de Defensa está de enhorabuena. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido nombrarla como nueva jefa del CNI, después de que el Consejo de Ministros que ha tenido lugar este martes aprobara el cese de la hasta ahora directora, Paz Esteban. Esta alto cargo comenzó su andanza política dentro de las filas del CNI como jefa del Área de Gestión de Recursos Humanos en dicha institución. Después consiguió ascender dentro de este departamento, ya que José Bono la nombró como nueva secretaria General. Es decir, la alto cargo de la Administración Pública conoce bien el Centro Nacional de Inteligencia.
casteleiro fue la candidata de bono para liderar el cni
En el año 2009, fue cesado el entonces jefe del CNI, Alberto Saiz Cortés. A partir de ese momento, distintos políticos propusieron a sus candidatos a ostentar el liderazgo de este departamento de inteligencia. Fueron tres perfiles los que en ese momento sonaron para ser los nuevos jefes del CNI, cada uno propuesto por tres políticos distintos. La entonces ministra de Defensa, Carmen Chacón, contaba con su candidato. Por su parte, José Bono pretendía que fuera Casteleiro la nueva jefa del CNI. Por último, el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, también propuso a un perfil para asumir la dirección de este departamento.
Finalmente, fue el aspirante propuesto por el expresidente del Gobierno quien pasó a hacerse cargo del CNI. Se trataba de Félix Sanz Roldán, quien estuvo en el cargo hasta el año 2019, cuando le sustituyó Paz Esteban. Tras el nombramiento de Roldán, Casteleiro pasó a ostentar distintos destinos en unidades de Inteligencia en el exterior. Después asumió el puesto de jefa de la Unidad de Inteligencia del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado. Tras su paso por este departamento, en el año 2018 dio el salto al ministerio de Defensa para ocupar el puesto de directora General del Gabinete de Margarita Robles. En este cargo estuvo dos años y en el año 2020 la titular de Defensa decidió ascender a Casteleiro y situarla como su número dos, como secretaria de Estado de Defensa. Y es que, esta alto cargo es un perfil que «seduce» a Sánchez
EL MALESTAR EN EL CNI SE DISPARA CON EL CESE DE SU DIRECTORA
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha cesado a la directora del Centro Nacional de Inteligencia, Paz Esteban. Lo ha hecho por el escándalo del espionaje con el software espía Pegasus y porque ha cedido a la presión de los independentistas, que pedían responsabilidades políticas. Las escuchas a los teléfonos móviles de los líderes del procés y del propio presidente ha sometido al Gobierno a una presión tan intensa que han cedido la cabeza política de Paz Esteban López. El problema es que, con esta decisión, el equipo de Pedro Sánchez y el propio presidente se ha puesto en contra al propio CNI. Según fuentes de los servicios de Inteligencia españoles, el malestar en el Centro es la norma y ya hay quien debate la posibilidad de que no se vayan a quedar de brazos cruzados ante este «ataque» al prestigio del CNI.
El enfado es tremendo y la postura de los servicios de Inteligencia es clara. Sánchez habrá aliviado la presión de los independentistas para que la legislatura se mantenga a flote, pero se ha puesto en contra a una institución como el CNI. Las fuentes del Centro aseguran que por muchos cambios que haga, el Gobierno no tendrá un «control real» sobre una institución pública que sirve al Estado, no a los partidos. Colocar y descabezar el CNI no es sinónimo de mejorar el control sobre unos servicios de Inteligencia que funcionan como una gran cómoda con cajones estancos. Ya se ha dejado escuchar en el entorno del Gobierno en más de una ocasión que el CNI no dejará pasar esta humillación y que Sánchez pagará caro el desplante que ha tenido por contentar a los independentistas, algo que hace de forma recurrente.