La Fuerza Aérea de la República de Corea del Sur acaba de poner en marcha un segundo programa de reemplazo de su actual flota de aviones de transporte, que pone el foco en la sustitución de sus Lockheed C-130H/H-30 Hércules, estando entre los dos principales candidatos el transporte A400M que construye en San Pablo (Sevilla) la empresa Airbus Defence & Space (DS).
Además dicho programa se solapa con la búsqueda por parte del Ministerio de Defensa español de un comprador para 13 del total de 27 de estos aparatos encargados a dicha multinacional europea, dado que en plena crisis renunció a incorporarlos al Ejército del Aire para ahorrar costes.
Ahora en plena crisis de Ucrania en un entorno global de rearme, Corea, a través de su Administración del Programa de Adquisiciones de Defensa o Defense Acquisition Program Administration (DAPA), ha puesto en marcha a finales de marzo el programa para sustituir a los referidos Hercules, que tiene en servicio desde finales de la década de 1970.
La DAPA apunta en los denominados requerimientos o Required Operational Capability (ROC) que necesita un aparato, ya sea turbohélice o de reacción, de cuatro motores, además de confirmar que la decisión será tomada en 2023 con el horizonte puesto en 2026, año en el que se debería recibir el primero de los nuevos aviones de transporte.
Hasta la fecha no se han revelado los aviones seleccionados, aunque se ha señalado cuál no estará presente durante la competencia, el del fabricante ruso Ilyushin, que era un claro candidato al programa con su nuevo Il-276, una evolución del extendido Il-76, dada la clara condena de Seúl a la guerra de agresión lanzada por Rusia contra su vecina Ucrania.
Según la prensa aeronáutica e industrial de Corea del Sur, dos fabricantes se configuran como los principales candidatos para ganar esta competencia: Airbus Defence & Space y Lockheed-Martin con sus aparatos cuatrimotores A400M y C-130J/J-30 Súper Hercules, respectivamente.
A favor del último citado estaría que la Fuerza Aérea de la República de Corea ya incorporó cuatro de dichos Súper Hercules a su inventario, y su tradicional costumbre de utilizar material de defensa de Estados Unidos, que es su principal aliado internacional, sobre todo frente a Corea del Norte y su padrino: la República Popular de China. También los medios locales apuntaron la posibilidad de incluir en la lista de candidatos a aparatos bimotores como el brasileño Embraer KC-390, el japonés Kawasaki C-2 y el Antonov An-178 ucraniano, que quedarían en segundo plano, dado el citado requerimiento de la DAPA para que el avión elegido esté propulsado por cuatro motores. Así mismo, tampoco será candidato principal el fabricante nacional aeronáutico coreano Korea Aerospace Industries KAI, que el verano de 2021 presentó una serie de imágenes digitales de una aeronave de diseño propio bimotor, en línea con los citados An-178 y C-390, aunque oficialmente hasta la fecha no hay ningún desarrollo en marcha.
Todavía no se ha anunciado oficialmente el presupuesto destinado al programa, a la espera de la declaración programada para esta misma primavera, aunque en Corea se apunta a que se adquirían de diez a doce aviones, por los que la DAPA pagaría 581,5 millones de dólares (533 millones de Euros). Varios parlamentarios de Corea del Sur han recordado en repetidas ocasiones las superiores capacidades de reabastecimiento de combustible en vuelo que otorga el referido A400M, frente al candidato norteamericano que tiene una versión en este campo: el KC-130J. Con esta imprescindible capacidad, en un escenario tan grande como es el área de Asía-Pacifico, Corea del Sur reforzaría este campo, que ya dan los cuatro aparatos reactores Airbus A330-200 de la variante múltirol de transporte Airbus o Multi Role Tanker-Transport (MRTT), que se transforman a dicha variante militar por parte de la planta de la multinacional europea en Getafe (Madrid). En su momento, en junio de 2015 la elección de este material frente al Boeing KC-46 rompió los moldes de la preponderancia de los suministradores de EE.UU.
Además en 2018 se hicieron públicos los contactos entre los Ministerios de Defensa de España y Corea del Sur para intentar formalizar el intercambio de algunos de los citados A400M comprometidos por España y que no destinará al Ejército del Aire a cambio de aviones de entrenamiento. Se habló de vender entre cuatro y seis A400M a Corea, y de que España adquiriría unos 20 aviones de entrenamiento reactores de última generación T-50 Golden Eagle y 30 entrenadores básicos turbo hélices KT-1 Woongbi (ambos de la citada firma KAI), si bien esta última necesidad fue cubierta poco después por el Ejército del Aire con el encargo de 24 PC-21 de la firma suiza.
En todo caso habrá que esperar hasta el segundo semestre del próximo año para conocer el nombre del ganador de este programa, que de elegir el aparato made in Spain sería todo un nuevo hito, y más en el improbable caso de que se lograsen colocar los “excedentes” del Ministerio de Defensa de España.