Ni confirma, ni desmiente. El Ejecutivo ha tratado de esquivar a toda costa la pregunta de si la exministra de Exteriores, Arancha González Laya, ha sido espiada a través de su teléfono móvil. Durante la rueda de prensa posterior al último Consejo de Ministros ningún miembro de Moncloa ha decidido mojarse y confirmar lo que ya es un secreto a voces. Silencio absoluto en las dependencias oficiales mientras el espionaje a móviles oficiales apuntan a una potencia extranjera como Marruecos que ya tiene experiencia en cuanto a estas prácticas. No vaya a ser que las acusaciones a Marruecos salpiquen la nueva era de relaciones diplomáticas entre el país del norte de África y España.
Después de que el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, diese a conocer el pasado lunes que los móviles del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Defensa, Margarita Robles, fueron infectados con el software espía, ahora están siendo analizados los terminales del resto de miembros del Ejecutivo. A la espera de pruebas concluyentes lo que sí se conoce es que la exministra Arancha González Laya fue supuestamente espiada en mayo de 2021 en plena crisis diplomática con Marruecos. En dicho contexto, la entonces jefa de la diplomacia española entregó su dispositivo móvil a los técnicos del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y se confirmó que se había producido una intrusión pero no se precisó de qué tipo de malware.
Arancha González Laya fue supuestamente espiada en mayo de 2021 en plena crisis diplomática con Marruecos
Cabe destacar que tan solo unos meses antes, Rabat descongeló sus relaciones exteriores con Israel, el país donde se ubica la empresa desarrolladora del software Pegasus. Dicha compañía se trata de NSO, tiene su sede en Israel y ha conseguido crear este sistema de espionaje informático que solo se puede vender a Estados soberanos. En este último grupo de naciones soberanas se encuentra tanto España como Marruecos.
No es la primera vez que Marruecos es acusado de espiar los teléfonos móviles de líderes internacionales. Según la investigación del consorcio Forbidden Stories y Amnistía Internacional, Rabat ha empleado Pegasus para espiar a periodistas y activistas contarios al régimen marroquí. Asimismo, de este informe se extrae que Marruecos también espió al recién reelegido presidente de Francia, Emmanuel Macron.
Aunque existan todas estas evidencias del uso de Pegasus por parte de Marruecos, el Ejecutivo está tratando de encubrir a Rabat. El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática del Gobierno de España, Félix Bolaños, en una entrevista con la cadena SER ha asegurado que no hay ningún informe en el que conste que la exministra de Asuntos Exteriores Arancha Gonzalez Laya haya sido espiada. Asimismo, Bolaños ha pedido prudencia y no hacer suposiciones respecto a la autoría del ataque aunque reconoce que se ha tratado de un hackeo externo.
Por su parte, la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno de España, Isabel Rodríguez, ha evitado contestar a esta pregunta en la que se pone la sombra sobre Marruecos. La ministra portavoz ha llamado a no hacer futuribles y a esperar a las conclusiones finales de las investigaciones que se están llevando a cabo en los terminales de los ministros.
Y es que acusar a Marruecos de espiar a los líderes nacionales españoles supondría un nuevo resentimiento de las relaciones entre ambos países. Cuando la crisis diplomática parecía haber sido superada tras meses de tensiones, este escándalo está a punto de salir a luz. Además, a este presunto espionaje por parte de Marruecos se suma la reunión del ministro de Consumo, Alberto Garzón, con líderes del Frente Polisario. A la espera de reacciones por parte de Marruecos, los miembros del Ejecutivo están tratando de contener la polémica y no identificar al país del norte de África como el autor de los hechos.
Cabe destacar que las escuchas a Arancha González Laya se produjeron en pleno contexto de crisis diplomática entre ambos países. Durante la primavera del año pasado se produjo la entrada irregular de unos 10.000 migrantes en la frontera de Ceuta, en una crisis humanitaria sin precedentes que tuvo lugar después de la acogida del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, en un hospital de Logroño para tratarse del coronavirus. Este gesto de solidaridad por parte de España desagradó a Marruecos que decidió desestabilizar las fronteras de las Ciudades Autónomas españolas que se encuentran en el continente africano y que son limítrofes al país marroquí.