Pedro Sánchez le coge la matrícula al Ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones de España, José Luis Escrivá. Según fuentes internas, los «enchufismos» entre los altos cargos ministeriales y la mejorable respuesta ante la acogida de refugiados ucranianos son los dos puntos claves que no convencen al presidente de la labor de Escrivá en el Gobierno. Es por ello que Sánchez sopesa fulminar al ministro aunque no será tarea fácil puesto que no hace apenas un año ya hizo una remodelación de su Ejecutivo. Además, en un contexto complicado como el que esta viviendo el país el presidente también quiere apostar por la estabilidad de su Gobierno.
El «enchufismo» dentro de la cúpula del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones del Gobierno de España es de sobra conocido por los funcionarios que allí trabajan. Desde su gabinete hasta las secretarías, José Luis Escrivá ha conseguido colocar a sus afines en los altos cargos de su cartera. Da igual su currículum previo o que no tengan formación en el campo donde vayan a ostentar un puesto de responsabilidad, lo importante es gozar de la confianza del ministro.
El lugar donde es más que plausible este «amiguismo» con el ministro es en su propio gabinete. José Luis Escrivá se ha rodeado de un equipo de nada más y nada menos que 15 personas que gozan de un acaudalado sueldo público por servir al ministro. Siete asesores, cuatro directores y un vocal son los que mantienen a flote el trabajo de Escrivá. Asimismo, el ministro cuenta con una responsable de protocolo y una diseñadora gráfica que prepara el material audiovisual del ministro. Todo este equipo está capitaneado por María Teresa Ledo Turiel, una economista con la que tiene un pasado común en los puestos directivos del banco BBVA y que fue defenestrada por la propia Nadia Calviño en el ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital.
Pero no solo el gabinete está plagado de afines al ministro. Según fuentes internas del ministerio, Escrivá colocó a su íntimo amigo Israel Arroyo Martínez al frente de la Secretaría de Estado de Seguridad Social y Pensiones que a su vez ha ido colocando a sus amistades al frente de las diversas direcciones generales del departamento. Gracias a este cargo, Israel se embolsa más de 100.000 euros anuales en concepto de sueldo público, esta cifra equivale a ocho veces la pensión media de jubilación en España. No obstante esta astronómica cifra, tal y como ha podido comprobar MONCLOA.com, existe descontento entre los funcionarios que trabajan para este amigo de Escrivá que ha conseguido llegar a lo más alto del ministerio.
«LE VIENE GRANDE MIGRACIONES»
El «amiguismo» en la cúpula del ministerio es uno de los problemas menores de José Luis Escrivá en el ejercicio de su cargo. El principal desafío al que está haciendo frente el ministro es a la acogida migratoria cuya eficaz respuesta se está resistiendo. Según fuentes que trabajan en Migraciones, al ministro «le está viniendo grande la gestión de las migraciones». Y es que el Ejecutivo cifra en mas de 100.000 refugiados ucranianos los que han llegado a España desde que estalló la guerra de Ucrania tras la invasión de las tropas rusas.
Su perfil de economista, que poco tiene que ver con migraciones, está resultando ser un obstáculo para dar respuesta a las crisis migratorias que se están dando durante su mandato. Para ello, José Luis Escrivá se esta apoyando en su Secretaría de Estado de Migraciones que es el departamento ministerial que se ocupa de estos asuntos. Sin embargo, este equipo carece de estabilidad y es que el ministro ha fulminado por quinta vez en dos años a la directora general de Programas de Protección Internacional y Atención Humanitaria dependiente de esta subdivisión.
el ministro ha fulminado por quinta vez en dos años a la directora general de Programas de Protección Internacional y Atención Humanitaria
Igualmente, la Secretaría de Estado de Migraciones ha cambiado de responsable durante la vigente legislatura. Hana Jalloul Muro dejó su cargo al frente de este departamento hace tan solo unos meses para ser la número dos de Ángel Gabilondo en las elecciones autonómicas de Madrid. Tras su marcha, fue Jesús Javier Perea Cortijo quien asumió está responsabilidad tras el beneplácito de Pedro Sánchez con quien ya trabajó en Presidencia.