Quizá sea el picoteo favorito en España y en muchos países del mundo. Y es que la base es un producto barato e ideal para tomar sin nada. Hablamos de las patatas fritas, sean de bolsa o hechas en sartén o freidora. Es una malsana costumbre acompañar todo con patatas, casi más que con pan: huevos con patatas, hamburguesa con patatas, filete con patatas… En cualquier bar y restaurante te las sirven incluso por defecto con cualquier segundo plato de menú (te dan a elegir ensalada pero pocos la piden). Y es que son irresistibles y cuesta decir que no. Son fáciles de tomar, con la mano, con un palillo, ideales para ver una película, mientras charlas en el bar como tapa… Pero precisamente por ser un alimento casi cultural, las tomamos casi a diario y esto conllevan unos peligros que vamos a ver.
7LAS PATATAS FRITAS Y EL CÁNCER
Cómo no, no podía faltar el cáncer entre los peligros. Siempre está presente, y no por una obsesión. Los datos están ahí y si el cáncer es más habitual en los países más desarrollados es por algo, aunque en el global luego somos los más longevos. Pero si eres de los que tomas habitualmente patatas fritas, de bolsa o no, puede contribuir a que tengas cáncer o aumentes tus posibilidades. Y es que las patatas fritas contienen una sustancia que se llama acrilamida, la cual se utiliza en la fabricación industrial de plásticos varios e incluso de papel.