Quizá sea el picoteo favorito en España y en muchos países del mundo. Y es que la base es un producto barato e ideal para tomar sin nada. Hablamos de las patatas fritas, sean de bolsa o hechas en sartén o freidora. Es una malsana costumbre acompañar todo con patatas, casi más que con pan: huevos con patatas, hamburguesa con patatas, filete con patatas… En cualquier bar y restaurante te las sirven incluso por defecto con cualquier segundo plato de menú (te dan a elegir ensalada pero pocos la piden). Y es que son irresistibles y cuesta decir que no. Son fáciles de tomar, con la mano, con un palillo, ideales para ver una película, mientras charlas en el bar como tapa… Pero precisamente por ser un alimento casi cultural, las tomamos casi a diario y esto conllevan unos peligros que vamos a ver.
3CALAMBRES Y DOLORES ESTOMACALES
Ahondando más en lo que decíamos de la digestión, las grasas en general y las patatas fritas en particular, son el macronutriente que el organismo digiere más lento, más aún las que tienen mayor densidad calórica.
Una investigación publicada en la revista Ultrasound International Open, revela que los alimentos fritos como las patatas incrementan las papeletas de sufrir dolores de estómago. También otras consecuencias gástricas como náuseas, diarrea, hinchazón o calambres.