Quizá sea el picoteo favorito en España y en muchos países del mundo. Y es que la base es un producto barato e ideal para tomar sin nada. Hablamos de las patatas fritas, sean de bolsa o hechas en sartén o freidora. Es una malsana costumbre acompañar todo con patatas, casi más que con pan: huevos con patatas, hamburguesa con patatas, filete con patatas… En cualquier bar y restaurante te las sirven incluso por defecto con cualquier segundo plato de menú (te dan a elegir ensalada pero pocos la piden). Y es que son irresistibles y cuesta decir que no. Son fáciles de tomar, con la mano, con un palillo, ideales para ver una película, mientras charlas en el bar como tapa… Pero precisamente por ser un alimento casi cultural, las tomamos casi a diario y esto conllevan unos peligros que vamos a ver.
2EL PRIMER PELIGRO DEL EXCESO DE PATATAS FRITAS: EL AUMENTO DE PESO
Obviamente cualquier cantidad excesiva de grasas y carbohidratos, como en este caso, produce un aumento de peso progresivo, con acumulación de grasa y con ello el aumento de posibles problemas cardiovasculares, colesterol o diabetes. Como carbohidrato, las patatas fritas en el fondo son azúcares, lo que conlleva una digestión más lenta y pesada.
Esto implica que consumamos más grasas de lo habitual, lo que no es nada bueno para nuestro organismo e incluso puede llegar a afectar al corazón, además del consabido aumento de peso. Y no, lo del aceite de oliva no cuela, si la haces en casa, porque la fritura pierde todo lo sano, no digamos ya si se ha mezclado con otro cocinado.