Debido a los ritmos de trabajo que llevamos y la falta de tiempo, en muchas ocasiones, es complicado realizar un consumo diario de verduras, semanal o mensual, por lo que tendemos a comprarlas congeladas o congelarlas para consumirlas cuando podamos. En el caso de comprar los guisantes, las diferencias son abismales con respecto a sus versiones congeladas. Todo lo que le pasa al guisante descongelado es malo, aseguran los expertos en gastronomía. A continuación te lo contamos por qué deberías consumirlos frescos.
5El problema de la oxidación de los guisantes
Además, la chef sostiene que si sentimos la tentación de tomarlo de lata podemos perdernos parte de su delicado sabor. «El líquido conservante le da una acidez al guisante, que no es agradable«, comenta Arias. Además, en cualquier producto en conserva se incrementa el contenido en sal para favorecer su conservación. Otro problema de los guisantes, tanto en lata como congelados, es que se oxidan a la velocidad de la luz. «Si los escurres o los descongelas y no los utilizas, inmediatamente pierden su característico color verde enseguida. Y es una pena», comenta la chef de Éleonore.